Con un perfil moderado, Santiago Cafiero acumula poder en medio de la crisis por la pandemia

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La Casa Rosada está casi desierta por la pandemia. Sólo van todos los días tres de los funcionarios con más poder en el Gobierno. Uno es el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el único que habita el primer piso y que tiene el despacho pegado al del Presidente. En las últimas semanas existieron rumores sobre su eventual salida. Alberto Fernández mantiene intacta su confianza con Cafiero, según fuentes allegadas al Presidente. Y el jefe de Gabinete acumula poder en un cargo que quieren muchos y cada vez se afianza más en la mesa chica del poder.

En una de las reuniones que tienen a solas en la quinta presidencial de Olivos, Santiago Cafiero bromeó con el Presidente sobre los rumores. “Alberto se caga de risa”, dijo Cafiero en las últimas horas, según contó a Infobae la fuente que mejor lo conoce.

En las últimas semanas circuló esa versión, como la de algunos otros cambios de Gabinete en medio de la crisis por la pandemia. No hay cambios en la primera línea del Gobierno, al menos por ahora, según distintas fuentes que acceden a Olivos consultadas por Infobae. “No hay ningún cambio de Gabinete en un futuro próximo. Estamos todos ocupados en la pandemia”, es la frase en la que coinciden las fuentes consultadas.

“En este cargo te pone el Presidente porque confía en vos. No importa lo que hagas. Cuando el Presidente no confía más en vos, aunque labures bien, te vas igual” , afirma Cafiero en la intimidad de su despacho. Tiene a cargo una de las cuestiones más importantes y centrales del Gobierno: la administración de la pandemia. Todo lo que se decide se firma en su despacho.

El último jueves, el jefe de Gabinete expuso en la Cámara baja su informe mensual sobre la situación del GobiernoAntes de que el médico presidencial le restringiera todas las actividades al Presidente y le indicara quedarse en Olivos, el contacto con Alberto Fernández era permanente. Sólo hace falta abrir una puerta para hablar con el Presidente. Hoy el despacho presidencial está cerrado con llave, hay una sola, y no están ni los Granaderos que custodian su puerta. Además de Cafiero, los otros dos funcionarios clave que están en la Casa Rosada son la secretaria Legal y Técnica de la Presidencial, Vilma Ibarra, y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, ambos tienen despacho en la planta baja.

El Presidente y Cafiero se ven en Olivos al atardecer cuando Cafiero lleva las carpetas donde tiene todos los temas para revisar con Alberto Fernández, que siempre lo recibe en su oficina.

Los otros puntos de poder que tiene la jefatura de Gabinete son el manejo del Presupuesto y el manejo de fondos que, por decreto, le permiten reasignar partidas presupuestarias que estén relacionadas con la emergencia sanitaria por el coronavirus. Además puede por decisión del Presidente usar fondos de la AFI, Agencia Federal de Inteligencia, para políticas “nutricionales, educativas y de salud”. La oposición criticó duramente esas atribuciones y los definió como “superpoderes” que asignan, por decretos, partidas en forma discrecional.

En el entorno del jefe de Gabinete adjudican las versiones de la salida de Cafiero a alguna segunda línea de funcionarios más ligados al kirchnerismo fundamentalista. Pero no hay ministros en contra de Cafiero. Alberto Fernández le contó muchas veces que cuando él fue jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, tenía a parte de la “pinguinera” tirándole piedras, como por ejemplo el ex ministro de Infraestructura Julio de Vido. Y le explicó que no sólo resistió sino que Kirchner lo bancó por la confianza que le tenía. Después, la salida de Alberto Fernández fue una decisión personal en medio de la crisis que desató la resolución 125, la crisis con el campo, y el voto “no positivo” del ex vicepresidente Julio Cobos.

Cafiero afianzó su relación con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, hombre de confianza extrema de la vicepresidenta Cristina Kirchner y que también consolidó su relación con el Presidente.

El análisis que hacen en privado en el entorno del jefe de Gabinete es que Cafiero, además de su relación de confianza con Alberto Fernández, representa un sector del peronismo más tradicional. Viene de cuna, es uno de lo los nietos del ya fallecido Antonio Cafiero. Y sostiene que en la foto del gobierno del “Frente de Todos” no puede faltar esa parte como tampoco podría faltar el sector que representa Wado de Pedro. Parte del poder que construyó Cafiero, además de la confianza presidencial está la mesa chica del poder.

Todos los martes al mediodía llegan a Olivos para almorzar con Alberto Fernández cuatro personas: Cafiero, Wado de Pedro, Máximo Kirchner y Sergio Massa. Con ellos discute el Presidente, define medidas, analizan los conflictos políticos y la gestión y todo se discute ahí. No se dan a conocer esos encuentros, son parte de los secretos del poder que dos de los asistentes contaron a Infobae.

Antes eran comidas a la noche y hace poco convencieron al Presidente de hacer almuerzos. Se hacen todas las semanas desde hace dos meses, según pudo saber Infobae. La relación de Santiago Cafiero con Máximo Kirchner también creció y hoy es uno de los hombres del poder con quien el jefe de Gabinete habla todo el tiempo. No pasa lo mismo con la madre del jefe del bloque de los diputados oficialistas. Cafiero no tiene relación con Cristina Kirchner. De hecho, la primera vez que tomaron un café fue el jueves pasado en el despacho de la vicepresidenta en el Senado cuando el jefe de Gabinete fue a hacer el informe de gestión en el Congreso.

La relación de Cafiero con Máximo Kirchner se afianzó en los últimos meses
No tiene mala relación. Es más, Cafiero fue uno de los que le decía a Alberto Fernández en 2018 y después del fracaso con Florencio Randazzo en la interna, que el peronismo no iba a poder ganarle a Mauricio Macri sin Cristina Kirchner. El tema con la vicepresidenta es que ella tiene una relación personal con el Presidente. No suele hablar con los ministros. Ella le manda mensajes de whatsapp a Alberto Fernández pero también va a la quinta presidencial de Olivos a comer con él solas. De esas reuniones no hay testigos más que los mozos, alguna vez participó la pareja del Presidente, Fabiola Yañez. Pero la primera dama casi nunca está en esos encuentros, ella tiene una agenda propia vinculada al área social.

El otro hombre de la mesa chica es el presidente de la Cámara de Diputados. Massa que estuvo en el cargo de Cafiero cuando Kirchner era presidente es uno de los que mejor lo entiende. “Yo estuve en esa silla y todos la quieren. A los que le quieren pegar a Santiago los freno. No es fácil estar ahí”, ha dicho hace semanas Massa según contó a Infobae uno de sus colaboradores en Diputados. Massa y Cafiero se conocen hace años.

Hoy el poder funciona así, con esta mesa chica. Además está la relación personal que el Presidente tiene con Cristina Kirchner. Una de las cuestiones que Alberto Fernández habla hoy con la mesa chica es el paquete de medidas que planea lanzar como plan de la postpandemia que aún no tiene fecha de lanzamiento. En las últimas horas se analizó el impacto que tuvo el lanzamiento de la reforma judicial y el proyecto que envió el Poder Ejecutivo para descentralizar la Justicia Federal y unificar fueros y cámaras, entre otras cuestiones. Lo hizo sin el respaldo de la oposición y con el rechazo de la mayoría de los miembros de la Corte que cuestionan la creación de la comisión asesora, que integra el abogado de Cristina Kirchner, y que analizará el funcionamiento de la Corte y de otros organismos del poder judicial.

“En el momento que lo hubiéramos hecho, las críticas hubieran sido las mismas. Alberto asumió un compromiso en la campaña y es lo que está haciendo”, dijo Cafiero en las últimas horas. El jefe de Gabinete avanzó en la relación con los gobernadores. Primero con Axel Kicillof, con quien se lleva muy bien. Lo mismo pasa con el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, y Juan Manzur de Tucumán, entre otros.

Con los gobernadores oficialistas y opositores habla muy seguido. Todas las habilitaciones de la actividades en todo el país que están limitadas por el COVID-19 deben pasar por el despacho de Cafiero. Los gobernadores elevan los pedidos, que se analizan con el ministerio de Salud y se firman en el despacho de Cafiero.

Con el que no tiene una relación más que la formal es con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodriguez Larreta. No hay relación. El Presidente lo llama “amigo” a Rodriguez Larreta, pero su jefe de Gabinete sólo se junta con el jefe de gobierno porteño para firmar papeles.

Cafiero tampoco tiene relación con los “más peronistas” de Cambiemos como el vicejefe del gobierno porteño, Diego Santilli, ni con el jefe de la banca de Diputados, Cristian Ritondo. Las relaciones políticas con la oposición las manejan más Máximo Kirchner y Massa.

De lo que es el entorno presidencial, Cafiero trabaja mucho con Vilma Ibarra, quien le cuida la firma al Presidente y cada decreto que sale no sale hasta que los aprueba ella. La funcionaria, que también es de extrema confianza del Presidente, es la tercera habitante de la “Casa Rosada pandemica”, como le dicen los funcionarios a la Casa Rosada en la actualidad. Vilma Ibarra también va a Olivos, pero al igual que Cristina tiene relación bilateral con el Presidente. A veces se incorpora el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, que tiene buena relación con Ibarra pero es resistido por el kirchnerismo y también cosecha algún recelo entre algunos funcionarios “albertistas”.

Cafiero tiene un perfil moderado. No le gusta el perfil combativo y del que está todo el tiempo en los medios. “Cada jefe de Gabinete tiene su estilo”, lo describe uno de sus colaboradores. Se convirtió en “meme” el día que durante un anuncio presidencial por la cuarentena Cafiero estaba en remera. La historia de ese día en el que el Presidente anunció la extensión de la cuarentena es que no estaba previsto que ni él ni Wado de Pedro estuvieran en la conferencia y Alberto Fernández les dijo “vengan conmigo”. Cafiero estaba en remera porque era una reunión informal de trabajo. Muchas veces ahora en Olivos van vestidos así de soporto, y además ahora ya los anuncios son formales con Larreta y Kicillof. Cafiero para ir a la Rosada, aún cuando no hay tantos encuentros va siempre de traje.

El día que asumió el cargo, Alberto Fernández abrazó a quien hasta ese día era su jefe de campaña y le dijo al oído: “Laburá con convicción”. Santiago Cafiero recuerda eso siempre. “El día que Alberto quiera me tendré que ir. En este cargo no estás si no tenés la confianza del presidente. Mientras tanto, yo hago lo que me pidió Alberto el día que juré y laburo”, suele decir el jefe de Gabinete cuando alguien sugiere que lo quieren cambiar.

Su cargo es clave en el poder. Y la pandemia además puso a la jefatura de Gabinete como administradora de la cuarentena y de los fondos con poderes especiales. La última palabra siempre es del Presidente, pero al lado lo tiene a Cafiero.

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