En el Poder Judicial provincial se colocó una imagen de Santa Mama Antula, obra pictórica que fue bendecida en una ceremonia que contó con la presencia del presidente del Superior Tribunal de Justicia, Federico López Alzogaray y los vicepresidentes primero y segundo, Eduardo José Llugdar y Ana Rosa Rodríguez.
También concurrieron funcionarios, magistrados y empleados judiciales, quienes acompañaron al sacerdote Ramón Tenti en el acto de bendecir la obra de arte, que se concretó sobre tela con acrílico, usando espátula y pincel, que tiene un bastidor de madera kiri. Sus medidas son 1,80 metro de alto por 1,50 de ancho.
En la oportunidad, el presbítero se refirió a la vida y obra de Santa Mama Atula, para posteriormente invitar a los presentes a reflexionar sobre nuestras conductas cotidianas y la importancia de incorporar el ejemplo de la Patrona de Santiago del Estero, en pos de estructurar una realidad más justa y equilibrada. Finalmente y, en presencia del autor de la obra, Rodolfo Soria, el padre cumplió con el ritual de la bendición con agua.
En relación a su trabajo, el artista plástico local afirmo: “Para mí es un orgullo que la obra venga a este lugar emblemático, como es la sede de la Justicia”.
En cuanto al proceso creativo, rememoró que “un día viajé a Silípica, porque no conocía el lugar y me impresionó mucho el paisaje y la simbología que hay allá. Hay una arquitectura que es propia de la época de la santa, la capilla que se construyó en 2016 y la Casa de Ejercicios Espirituales en Buenos Aires. Todo ello está incluido en un contexto muy santiagueño, en un paisaje que tiene su flora agreste, pero a su vez, bella. Justamente ese día había una procesión y también está en la pintura”.
En tanto, sostuvo que “la imagen de Mama Antula siempre me cautivó. Lo que quería es esa cosa de trascender y que la imagen le llegue como algo divino, que no se si lo le he logrado”.
El legado de la Santa
Mama Antula se convirtió en la primera santa de Argentina, en febrero de este año, ejerciendo su plan evangelizador a través de sus ejercicios espirituales, en los que participaron miles de personas, en distintas localidades del entonces Virreinato del Río de la Plata.
Ella nació en Silípica, en 1730 y falleció en la ciudad de Buenos Aires, el 7 de marzo de 1799. Sus restos se encuentran inhumados en la Basílica de Nuestra Señora de la Piedad, en el centro de la capital del país.
Como laica consagrada católica, fue fundadora de las Hijas del Divino Salvador y de la Casa de Ejercicios Espirituales, que aún funciona.
Dedicó su vida a predicar de una manera muy particular. Una vez que decidió abandonar su natal Santiago del Estero, caminó descalza miles de kilómetros a pie en la región NOA, pasó por Córdoba y se instaló en Buenos Aires. También llegó a predicar en el actual territorio de Uruguay.
Su imagen está asociada al hábito negro, color que identifica a la Orden de los Jesuitas, un báculo con forma de cruz y un ejemplar de la Biblia en su mano.