Mientras las bolsas de todo el mundo caen en parte por la baja del precio del petróleo, que llegó a su valor mínimo en los últimos 12 años, representantes del Gobierno nacional, de Chubut y de los sindicatos petroleros de esa provincia se reunieron hoy para intentar destrabar el conflicto por la quita de subsidios al sector, que podría provocar unos 5 mil despidos en febrero. Aunque se pasó a un cuarto intermedio hasta el martes y hubo un halo de optimismo entre los participantes, los trabajadores ratificaron un paro a partir de las 20 horas de hoy.
Del encuentro que se realizó este mediodía en el Ministerio del Interior participaron el titular de la cartera, Rogelio Frigerio, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, el gobernador de Chubut, Mario Das Neves, el ministro de Hidrocarburos provincial, Sergio Bohe, el secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas Privado del Chubut (SPGPCh), Jorge Ávila, y el titular del Sindicato Petroleros Jerárquicos, José Llugdar. Cada una de las partes expuso su posición y, si bien no hubo un acuerdo, el martes continuarán negociando, pero con la presencia de representantes de las empresas Tecpetrol, YPF y PAE.
La convocatoria a las petroleras se realizará «el lunes o martes próximo», según dijo Das Neves al término de un encuentro. Se les pedirá «que también hagan su aporte».
Aunque al término del encuentro Frigerio aseguró que el conflicto «es un tema internacional», a la baja del precio del petróleo a nivel mundial se suma la intención del gobierno nacional revisar los subsidios que sostienen el valor interno del barril en torno a los 60 dólares, lejos de los 28 dólares que cuesta hoy. Frente a esa decisión, la empresa Tecpetrol anunció un plan de ajuste que implica unos 500 despidos, que llegarían a no menos de 5 mil si se tiene en cuenta a YPF, PAE y el resto de las pymes del sector. Por lo pronto, se extendió hasta el viernes la conciliación obligatoria en Tecpetrol.
Aun así, el SPGPCh ratificó un paro sin asistencia a los pozos que comenzará hoy a las 20 horas. El objetivo es garantizar la presencia de los trabajadores en la asamblea que el sindicato realizará mañana en su sede, en la que esperan la presencia de unos 20 mil petroleros y en la que se decidirán los pasos a seguir. Una de las opciones es instalar una «carpa negra» frente a la Casa Rosada.
El único que brindó algún detalle de la posible solución que se barajó en la reunión fue el titular del SPGPCh, Jorge Ávila. «Pudimos encontrar un consenso para que el día martes podamos con las operadoras presentes ver si podemos llegar a un acuerdo con el barril de exportación. Si podemos cerrar el barril cerca de los 54.90 habremos superado esta crisis, sin ganadores pero habiendo defendido los intereses de la provincia y la ciudad», afirmó. «Hacemos los aportes para de alguna manera ir en una especie de subsidio», agregó.
No obstante, aclaró que el objetivo no es subsidiar a las operadoras, sino que todos los actores involucrados hagan algún tipo de aporte. En esa línea, sostuvo: «Acá no gana nadie, sólo los trabajadores si se quedan con sus puestos de trabajo. La solución a esta situación depende de todos los sectores: trabajadores, gobierno nacional, provincial, pero también de las operadoras. Todos tenemos que poner un poquito para salir adelante más allá de los diferentes pensamientos políticos que tiene cada uno».
Sobre el rol de las empresas, aseveró: «La rentabilidad de las petroleras ha sido monumental, por lo que en un momento de crisis tienen que colaborar».