Conmoción en Miramar: «A mi sobrino Gastón también lo mató mi hermana»

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La hermana de Verónica González, la mujer que pedía justicia por el crimen de su hijo Gastón y ahora se encuentra detenida acusada de matar a golpes a su esposo, no puede salir todavía de la impresión que le causó ver la cara de su cuñado totalmente ensangrentada. En medio de la conmoción, aseguró: «Si ella lo mató, que le den perpetua. Que pague con la cárcel por lo que hizo».

Carlos Bustamante fue atacado salvajemente mientras dormía el viernes en su casa de la calle 27 en Miramar, la misma en la que en 2011 estrangularon al hijo de los dos, de apenas 12 años. «Los asesinatos de mi cuñado y mi sobrino fueron muy similares», dijo a TN Susana González, y afirmó: «A Gastón también lo mató mi hermana».

En relación al ataque sufrido por su cuñado, Susana recordó que cuando entró en la casa se encontró con el cuerpo ensangrentado de Carlos tirado en el piso y que su cara «era la de un monstruo por los golpes» que había recibido. «No pude ayudarlo», se lamentó. «Me desesperé y le pedí a mi hermana que llamara a una ambulancia. Ella estaba inmóvil, como asustada y nerviosa».

La esposa de la víctima y mamá de Gastón quedó detenida por contradicciones en su relato y fue imputada por «homicidio agravado por el vínculo». “No tuvo ninguna reacción cuando la trasladaron para hacer efectiva la medida”, contó a los medios la fiscal del caso, Florencia Salas, sobre el momento de su detención.

El crimen de Gastón

A Gastón lo atacaron en su dormitorio. Lo golpearon brutalmente en la cabeza y lo estrangularon con una media. La principal hipótesis, entonces y ahora, fue que entraron a robar pero el chico reconoció a su asesino.

Dos semanas después del crimen, la policía detuvo a Julián Ramón, el novio de la hermana de la víctima. Habían encontrado sus huellas dactilares en un televisor 14 pulgadas, en la habitación donde mataron al nene.

Sin embargo, los indicios se fueron cayendo desde principios de ese mismo mes, lo que derivó primero en que beneficiaran al acusado con un arresto domiciliario y finalmente, en su sobreseimiento por falta de pruebas. La Justicia consideró que sus huellas sobre el televisor no revelaban que hubiera levantado el aparato, sino que simplemente lo había girado.

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