El músico Gustavo Cordera pidió ayer «perdón» a las mujeres por sus polémicos dichos sobre las violaciones y anunció la suspensión de todos sus shows para «tomar distancia por un largo tiempo» de los escenarios.
«Traicioné a mi persona que repudia toda clase de violación y ofendí al universo de la mujer, que es lo que menos hubiera querido hacer», expresó en un comunicado el ex líder del grupo Bersuit Vergarabat.
«Mujeres, poniéndome en sus zapatos vuelvo a pedir perdón desde mi auténtico ser varón», sostuvo además Cordera, quien planeaba una serie de actuaciones en apoyo del lanzamiento de su reciente disco, «Tecnoanimal».
También reconoció que tras haber visto lo que había provocado salió a defenderse «torpemente, como un boxeador que tira golpes erráticos mientras cae después de un inevitable nocaut», días después de intentar guarecer sus dichos en un supuesto ejercicio de «psicodrama» que no fue ratificado por el resto de los presentes en la ocasión.
«Aunque siempre tomé mis errores como una luminosa comunicación con Dios, esta vez transgredí un límite por lo cual estoy profundamente arrepentido», admitió el músico.
Señaló que tras escuchar lo que se expresó sobre sus afirmaciones en la charla en TEA Arte, se dio cuenta de que no lo atacaban a él, sino a lo que dijo.
«Se confundió el artista con el provocador y lo que expresé en esa charla hiere, en tiempos donde hay tanta sensibilidad con el tema violación», destacó en un extenso comunicado.
Cordera dijo ante los estudiantes de periodismo de TEA Arte que «hay mujeres que necesitan ser violadas para tener sexo porque son histéricas y sienten culpa por no poder tener sexo libremente», afirmó en la charla que se hizo pública luego de que el estudiante Jonatan Dalinger lo difundiera en su cuenta de Facebook.
Cordera dijo que se hace «responsable de ser un artista que no pudo mirar dónde estaba, este delicado tema merecía ser tratado en un ámbito académico» mientras lo hizo «en un ejercicio con estudiantes de periodismo de espectáculos».
No obstante, sostuvo que la condena de la que fue objeto fue «brutal» y se quejó de que «pocos cuidan a los artistas».
«Los usamos, vivimos de ellos, disfrutamos de sus obras, pero cuando se equivocan no tenemos piedad de sus errores y equivocaciones por más fuertes que sean», expresó al respecto. «Entonces ¿qué es lo que nos queda? Detener la marcha y tomar distancia por un largo tiempo, suspender todos nuestros conciertos —incluido el Gran Rex—, porque no quisiera contribuir a más sufrimiento. Que nadie pelee más en mi nombre. Y a quienes quieran encontrarme, búsquenme en las canciones, que ahí está mi corazón», concluyó.
Fuente : La Capital