Autoridades sanitarias brasileñas reportaron este lunes que en las últimas 24 horas 338 personas murieron como consecuencia del Covid-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, lo que llevó el total en el país a 4.543. La cifra representa un incremento sustancial en comparación con los 189 decesos informados el domingo. No obstante, este suele ser el caso los fines de semana, cuando se registran mayores dificultades para computar las actualizaciones a nivel nacional.
La cantidad de casos registrados, en tanto, fue de 4.613, llevando el total a 66.501. El estado más afectado, tanto en lo que respecta a decesos como casos, continúa siendo San Pablo, con 1.825 y 21.696, respectivamente. Río de Janeiro ocupa el segundo lugar de la lúgubre lista, con 677 y 7.944.
Las autoridades sanitarias esperan que la curva de la enfermedad alcance su pico entre mayo y junio, pero muchos estados ya han comenzado a relajar las cuarentenas y el nuevo ministro de Salud, Nelson Teich, estudia medidas para flexibilizar las restricciones, una de las principales demandas del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
Pero mientras el país enfrenta la pandemia, el Gobierno se encuentra inmerso en una crisis gubernamental tras la renuncia del ministro de Justicia, Sergio Moro, quien ha acusado a Bolsonaro de injerencias en las investigaciones del Poder Judicial.
La salida del ex magistrado, quien se convirtió en uno de los símbolos de la lucha anticorrupción de Brasil, se produjo días después de la destitución del anterior ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, tras un duro embate con Bolsonaro.
Mandetta se alzó como un firme promotor del aislamiento social para combatir el virus, mientras que el jefe de Estado considera el coronavirus una “gripecita” y defiende la vuelta al trabajo de los brasileños para mantener a flote la economía.
Siete ex ministros de Salud de Brasil anunciaron que denunciarán al presidente Jair Bolsonaro ante el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU por su actuación frente a la pandemia del coronavirus.
Los representantes han acusado a Bolsonaro de violar los derechos a la salud y a la vida, además de acusarle de un “potencial genocidio” por no seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante la Covid-19, según reportó ‘Folha de Sao Paulo’.
Humberto Costa, José Saraiva Felipe, José Gomes Temporão, Agenor Álvares, Alexandre Padilha, Arthur Chioro y Marcelo Castro, todos ex titulares de Salud durante los gobiernos de Lula da Silva y Dilam Rousseff, manifestaron su “indignación y total desacuerdo” con las políticas del líder ultraderechista ante la pandemia, por lo que indicaron sentirse a obligados a “denunciar los graves efectos nocivos”.
Según repasaron, Bolsonaro ha minimizado la enfermedad y negado evidencias científicas que apuntan a la necesidad del distanciamiento social como “acción de incuestionable relevancia”.
Las autoridades estatales esperan la autorización del Gobierno brasileño para el envío de un avión con 2.000 ataúdes para evitar el colapso del sistema funerario en su capital, Manaos, debido al aumento de víctimas por coronavirus.
“Necesitamos inmediatamente 2.000 urnas” porque “la matemática no cuadra” teniendo “cerca de 1.000 ataúdes en estoque y más de cien funerales por día”, señaló a la agencia EFE Lourival Panhozzi, presidente de la Asociación Brasileña de Empresas y Directores del Sector Funerario de Brasil (Abredif).
De acuerdo con las estadísticas oficiales, el estado de Amazonas ha registrado hasta el momento 3.833 casos y 304 muertes, pero las cifras reales podrían ser mucho mayores debido al creciente aumento de entierros en Manaos.
Según el gobierno municipal, el número de sepelios en los cementerios públicos de la ciudad se multiplicó por cuatro en las últimas dos semanas, al pasar de una media diaria de 30 a 120.