Soy santiagueño soy chacarera, fue la verdadera declaración de principios con la que Los Carabajal decidieron dar comienzo a la emotiva celebración por los 50 años del grupo convertido hace tiempo ya en una leyenda viva dentro de nuestra cultura popular.
El festejo que contemplaba una larga lista de invitados, fue elegido para abrir la sexta luna de este Cosquín 2017, aunque en rigor el espectáculo arrancó con Juan Saavedra, el bailarín de los montes, agradeciendo a «los mayores que habitaron este mundo» en un recitado que estremeció a una plaza que lentamente comenzaba a colmarse.
Musha, Kali y Walter Carabajal junto a Blas Sansierra aparecieron de punta en blanco para arrameter tras la mencionada introducción con Puente carretero, despertando así la primera ovación de la noche. El baile comenzó a ganar los pasillos y la fiesta quedó garantizada.
Cuerdas de gala
«Nos sentimos amados, respetados y agradecidos por todos ustedes», fueron las primeras palabras de Musha para presentar luego al cuarteto de cuerdas dirigido por Hugo Videla que engalanó el repertorio con exquisitos arreglos dignos de tamaño acontecimiento.
Las cuerdas se lucieron en las logradas versiones de Como pájaros en el aire (una de las más coreadas), A orillas del río Dulce o el abrazo latinoamericano Morena Esperanza de los chilenos Illapu.
Los invitados
«No hay cumpleaños sin amigos», sentenció Musha e inmediatamente invitó al Dúo Coplanacu para hacer La olvidada de Yupanqui. «Gracias a los Carabajal por tanta música», dijo Julio Paz tras la gran combinación y antes de dar paso a Bruno Arias, con compartieron la zamba Tacita de plata dedicada por Musha al jujeño Luis Paredes, quien supo ser integrante del grupo. Arias, por su parte, lució una remera de Jáchal no se toca (en alusión a la contaminación del río de la ciudad sanjuanina por parte de la minera Barrick Gold) y pidió un gran aplauso para el pueblo de Volcán que resiste tras el alud.
Otros referentes de la nuevas generaciones como Orellana-Lucca fueron los siguientes invitados, en este caso para interpretar Chacarera del patio. El dúo santiagueño fue uno de los aplaudidos, confirmando así que ya están para las grandes ligas.
Tras evocar a Horacio Guarany y Daniel Toro, el convidado fue Facundo, el hijo del recordado cantor salteño para Sembremos chacareras. «Somos los más ricos del mundo, los tenemos a ustedes y a los amigos», dijo Musha y acto seguido apareció Sergio Galleguillo, quien casualmente en sus comienzos lideró un grupo con ese nombre, Los Amigos. El riojano los acompañó para Mi abuela bailó una zamba y mostró sus ganas de seguir. «Está para quedarse toda la noche», lanzó mientras se despedía.
Identidad santiagueña con Mario Álvarez Quiroga (ex integrante del grupo por varios años) y Chacarera del violín con Néstor Garnica fueron el preludio para el gran final.
Después del saludo para Antonio Tarragó Ros (ausente a último momento por un problema de salud) y el reconocimiento de la Comisión del festival, el cierre llegó a pura chacarera como no podía ser de otra manera: La simple y Dejame que me vaya con Demi y Peteco Carabajal, que recién fue presentado entre tema y tema. La yapa fue ver a los protagonistas en el borde del escenario y cantando a capela junto a plaza que los ovacionaba de pie. Un merecido reconocimiento que tendrá una nueva y gloriosa página en mayo en el Luna Park. Habrá que verlo.
Fuente: vos