A días del nuevo lanzamiento del líder Kim Jong-un , un misil que según Corea del Norte tiene la capacidad de llegar a cualquier punto deEstados Unidos , Washington y Seúl reaccionaron a la amenaza y comenzaron hoy maniobras aéreas conjuntas, las de mayor escala a la fecha, con la participación de cientos de aviones, incluidos 24 jets invisibles.
Las maniobras militares llamadas Vigilant Ace y de cinco días de duración tienen como propósito mejorar la capacidad bélica de ambos países aliados, dijo el ministerio de defensa surcoreano. Además, de acuerdo con el diario The Washington Post, el operativo incluirá ataques simulados sobre objetivos falsos de misiles y armas nucleares del régimen de Pyongyang.
La Séptima Fuerza Aérea de Estados Unidos envió aeronaves estratégicas, entre ellas seis jets invisibles F-22 y 18 F-35, para los ejercicios que tienen lugar cada año en la península coreana. Unos 12.000 soldados estadounidenses participan en las operaciones.
Según algunos medios locales de prensa, bombarderos B-1B se sumarán a las maniobras, aunque diversos funcionarios no confirmaron esas versiones.
Durante el fin de semana, el diario Rodong del partido único en el poder en Corea del Norte denunció estas maniobras. «Es una provocación abierta, a todos los niveles, contra Corea del Norte, que podría desembocar en una guerra nuclear en cualquier momento», señaló el rotativo en su editorial.
«Los belicistas estadounidenses y su marioneta surcoreana harían bien en recordar que su ejercicio militar dirigido contra Corea del Norte será tan estúpido como un acto que precipite su autodestrucción», agregó.
La mirada de Kim Jong-un
La prensa estatal de Corea del Norte dijo que las maniobras militares de ambos aliados ponen a la península coreana «al borde de una guerra nuclear». El tenor de esas palabras es frecuente en la propaganda norcoreana porque Pyongyang considera los ejercicios militares que tienen lugar con regularidad como los preparativos para una invasión contra Corea del Norte.
Arraigado en este discurso, el régimen continúa con el desarrollo de su programa nuclear (la semana pasada ya había anunciado haber alcanzado el objetivo de convertirse en un Estado nuclear), lo que eleva las tensiones en la región.
Por una parte, Kim Jong-un avanza hacia su objetivo de conseguir un arsenal de misiles de largo alcance provistos de ojivas nucleares; por otro, el presidente Donald Trumprecurre a un discurso agresivo hacia Pyongyang con sus amenazas de atacar con «fuego y furia» el territorio norcoreano.
Corea del Norte «considerará seriamente» la adopción de contramedidas contra las maniobras, y Estados Unidos y Corea del Sur «pagarán caro sus provocaciones», dijo ayer la Agencia Noticiosa Central Coreana antes del inicio de los ejercicios militares.
La Nación