Crece la tensión por el escudo antimisiles de EEUU en Europa del Este

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Makei señaló que las cuestiones de la seguridad en Europa constituyen un tema «muy delicado» para Bielorrusia.

«Nuestros socios occidentales ahora están hablando del despliegue adicional de tropas en varios países vecinos. Esto nos causa preocupación», aseguró para advertir luego sin medias tintas: «Se lo decimos claramente a nuestros socios europeos. Esto aumenta la tensión en la región».

Por su parte, el canciller ruso manifestó que Moscú y Minsk comparten la preocupación por el fortalecimiento de la presencia de la OTAN en el Este de Europa.

«En cuestión de la seguridad europea, compartimos la preocupación acerca de que nuestros colegas de los países de la OTAN intentan alimentar la confrontación, avanzando la infraestructura militar hacia el este, cerca de nuestras fronteras», señaló Lavrov.

«Ni Rusia, ni Bielorrusia son partidarios de una línea de confrontación. Abogamos para que en Europa se debatan y se apliquen los principios de igualdad y de seguridad para todos», agregó.

La semana pasada, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que su país se verá obligado a estudiar cómo neutralizar las amenazas a su seguridad que supone el escudo antimisiles.

«Después del emplazamiento de estos elementos del sistema de defensa antimisiles, nos veremos obligados a pensar en cómo neutralizar las amenazas a la seguridad de la Federación Rusa», dijo el jefe del Kremlin.

Putin indicó que la ampliación del escudo de misiles estadounidense al Mediterráneo, Rumania y Polonia es un intento de «desatar una nueva carrera armamentista».

Y lamentó que Estados Unidos siga adelante con sus planes de desplegar su escudo antimisiles en Europa sin tomar en consideración las preocupaciones de Moscú.

Estados Unidos sostiene que se trata de un «sistema defensivo», algo que rechazó de plano Putin asegurando que son «parte del arsenal nuclear estadounidense», por lo que advirtió que realizará cambios en sus planes armamentísticos y militares «para dar una respuesta adecuada a las amenazas».

Esa advertencia de Putin fue realizada, además, el mismo día en que Estados Unidos comenzó la tercera fase de la parte polaca del escudo antimisiles de la OTAN, en Redzikowo, apenas a 250 kilómetros del enclave ruso de Kaliningrado.

El gobierno de Varsovia aplaudió hoy la decisión de la OTAN y de Estados Unidos y restó importancia a las protestas de Rusia.

El presidente de Polonia, Andrzej Duda, insistió en que el escudo está dirigido contra amenazas que lleguen desde fuera de Europa y no directamente desde Rusia y destacó que la base de Redzikowo «va a ser una infraestructura permanente».

El sistema de defensa balística de la OTAN ya cuenta con la base de Rumanía inaugurada el pasado jueves y dispone además de cuatro destructores estadounidenses dotados con el sistema antimisiles Aegis en la base de Rota, en el sur de España.

A las bases y los navíos se suma Turquía, otro país aliado de la OTAN, que alberga una estación de radar de alerta temprana del escudo, cuyo mando está situado en la base aérea de Ramstein, en Alemania.

El antiguo aeródromo militar de Redzikowo acogerá un contingente de 300 efectivos estadounidenses y 250 polacos, lo que el ministro de Relaciones Exteriores polaco, Witold Waszczykowski, calificó como un «notable» refuerzo de la seguridad de su país.

El sistema, subrayó la pasada semana el líder ruso a la agencia de noticias TASS, sigue desarrollándose «a pesar de que ya no existe la amenaza nuclear por parte de Irán» y sin tener en cuenta las preocupaciones de Moscú, «mientas Rusia hace todo lo posible para mantener el equilibrio estratégico y evitar los conflictos militares a gran escala».

El mandatario recordó que Washington rechazó las propuestas de Rusia para cooperar en el ámbito de la introducción del escudo antimisil en Europa.

Sin embargo, el presidente Barack Obama y sus pares de los países nórdicos dieron vuelta la acusación y denunciaron el pasado viernes la «creciente» presencia militar de Moscú en el mar Báltico al tiempo que reafirmaron las sanciones en su contra por la anexión de Crimea al territorio ruso en 2014.

Fue en ocasión de celebrar una cumbre en la Casa Blanca con los mandatarios de Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia, en la que expresaron sus «preocupaciones sobre la agresiva presencia militar de Rusia», según declaró el mandatario a los periodistas al término de la cumbre.

En la misma línea, en un comunicado conjunto divulgado por la Casa Blanca, expresaron esa misma preocupación en lo relativo a la «postura nuclear» de Moscú y a los «ejercicios no declarados y actos de provocación llevados a cabo por aviones y buques de guerra rusos».

Fuente: Telam

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