Fuentes de la investigación explicaron a la agencia Télam que al último de los apresados se llegó debido a que recibió una golpiza cuando, al parecer, reveló que estaba vinculado al caso, por lo que fue internado en un hospital donde quedó aprehendido.
Según anticipó C5N, esa persona arrestada está acusada de ser partícipe necesario del crimen de la pequeña de 11 años.
Fuentes de la investigación añadieron que la detención se produce luego de que se encontraran sus huellas en la «casa rosa» de la calle Kiernan al 900, de Villa Tesei, donde habría estado cautiva la nena antes de que fuera asesinada.
En tanto, en el marco de la investigación fue demorado también un remisero, José Luis Flores, de 35 años y con antecedentes penales, en una precaria casa situada en Galeno 1133, en el barrio Roca, de la localidad de William Morris, en dicho partido de la zona oeste del conurbano.
Hasta allí se dirigió una brigada de policías bajo las directivas del fiscal de Instrucción de Morón, Marcelo Tavolaro, quien dispuso también la realización de otros siete allanamientos.
Cuando los policías retiraron al hombre esposado y encapuchado de la vivienda, algunos de los vecinos gritaron que se trataba de «un perejil».
Sin embargo, Patricia, otra habitante del barrio, dijo a Télam que «El Pollo» es conocido de un grupo de cuatro o cinco personas que residen en un asentamiento cercano llamado «La Arenera» y que se dedican a cometer robos en la zona.
En tanto, el tornero Alfredo Monteros padre (75), Alfredo Monteros hijo (35) y el fletero Gustavo Valenzuela (44) fueron excarcelados ayer al mediodía por el juez de Garantías de Morón, Alfredo Meade, dijeron fuentes judiciales.
Los tres hombres habían sido detenidos el lunes de la semana pasada por «encubrimiento agravado» y en sus respectivas indagatorias ante el fiscal Tavolaro se declararon inocentes.
Luis Pablo Carpaneto, defensor oficial de los Monteros, explicó que el juez Meade les otorgó el beneficio ya que el delito que se les imputa tiene una expectativa de pena que permite la excarcelación y no existen «riesgos procesales» de que entorpezcan la investigación o fuguen.
Monteros padre dijo por la tarde a la prensa, tras recuperar la libertad desde la comisaría de la localidad bonaerense de Castelar Sur y llegar a su casa del barrio porteño de Villa Soldati, que está «tranquilo», agradeció el apoyo de su familia y los vecinos, y que confía en que «se va a hacer Justicia» por Candela.
Por otro lado, vecinos del carpintero Ramón Néstor Altamirano (55), detenido como «partícipe necesario» junto a Gladys Cabrera (41), realizaron anoche «la marcha del perejil» en defensa del hombre que reside en Charrúas al 1000 de Villa Tesei, donde se produjo la movilización.
En ese sentido, Matías Morla, abogado de Altamirano, se presentó a la mañana en los tribunales de Morón y denunció por «falso testimonio» al testigo de identidad reservada que apuntó contra el carpintero.
«Creemos que mintió con el objetivo de buscar la recompensa de cuatrocientos mil pesos ofrecidos por el Ministerio de Seguridad provincial», dijo el letrado, que también pidió a la Justicia que le amplíen la indagatoria al carpintero, el único de los acusados que se negó a declarar la semana pasada ante el fiscal Tavolaro.
El testigo de identidad reservada cuestionado por Morla también apuntó contra el restante imputado que tiene la causa: Hugo Elvio Bermúdez Rodríguez (53), a quien señaló como el autor material del crimen de Candela.
Siempre de acuerdo a este testimonio, la niña primero estuvo cautiva en la vivienda de Altamirano y luego fue llevada a la casa de la calle Kiernan 992 de Villa Tesei, propiedad de Gladys Cabrera y donde se halló el ADN de la víctima.
Candela fue vista con vida por última vez el lunes 22 de agosto, cuando salió de su casa en la calle Coraceros 2552 de Villa Tesei, partido de Hurlingham.
Tras nueve días de intensa búsqueda, su cuerpo fue hallado dentro de bolsas de consorcio en un descampado lindero ala Autopistadel Oeste, a unas 30 cuadras de su casa.
La autopsia reveló que la niña fue asfixiada entre 24 y 36 horas antes de su hallazgo.