Chacareros de la provincia de Río Negro dieron hoy una nueva muestra de la delicada situación que atraviesa esa actividad cuando tiraron 100 mil kilos de peras a la calle con el objetivo de que se las lleven los vecinos. La medida, que ya tuvo capítulos similares en lo que va a de la temporada, fue un gesto de protesta por los reclamos que hasta ahora no han tenido respuesta.
El hecho ocurrió en la localidad de Fernández Oro. La fruta fue llevada con tractores hasta la vía del tren y arrojada frente a un grupo de personas, que se llevó cuanto pudo. El lugar no fue fortuito: una de las demandas de la cámara de productores local es la apertura de una ruta ferroviaria que transporte las peras y las manzanas hasta los grandes centros urbanos del país.
Las peras en cuestión son de las variedades Williams y Packams, y pertenecen a la cosecha 2016. A mediados de enero los mismos productores ofrecieron regalar 150 mil kilos del mismo producto pero de la cosecha anterior. ¿La razón? Ocupaban lugar en los frigoríficos y no se habían podido vender.
Más allá del pedido de una conexión ferroviaria, las dificultades para la venta volvieron a ser motivo de esta manifestación. Edgar Artero, dirigente de esa cámara, dijo que la producción tiene un costo de 4 pesos por kilo, pero los exportadores les pagan la mitad; mientras, en las góndolas de los supermercados, el precio supera los 25 pesos. «Para venderla a ese valor prefiero dejarla acá y que la consuma la gente», explicó.
«El gobierno de la Nación nos ofrece un préstamo, y nos preguntamos para qué, si acá solo hay pérdidas», apuntó Artero.
Un episodio similar ocurrió el 28 de enero, cuando la misma cámara arrojó 80 mil kilos de peras y manzanas. En esa oportunidad, todas eran de la cosecha anterior. Por entonces, Artero había estimado que en el valle de Río Negro y Neuquén se perderían 400 millones de kilos de fruta este año si no había soluciones.
