Seguir como hasta ahora. No salirse del libreto. El plan del kirchnerismo para la última semana de campaña expone el balance positivo que hacen los responsables de la estrategia de Unidad Ciudadana.
Por un lado, crece la confianza respecto del resultado de las PASO: las encuestas que manejan en el Instituto Patria ubican a la ex presidenta entre tres y cuatro puntos arriba. Por otro, hay acuerdo en que resultó efectiva la táctica aplicada hasta el momento: machacar sobre la situación económica.
«Si llegamos al 13 de agosto sin irnos a la banquina, vamos a hacer una buena elección», dicen en el entorno de la ex presidenta, donde predomina el optimismo. ¿Qué significaría irse a la banquina? Tropezar en discusiones que propone el oficialismo respecto del pasado, lo que podría alejar a los candidatos de un electorado reacio a contribuir a un regreso de Cristina Kirchner. ¿Qué es una buena elección? «Ganar por un voto», responden sin dudar los dirigentes consultados.
Para no salirse del libreto está descartado un acto de cierre multitudinario, al viejo estilo. A lo sumo, la ex presidenta encabezará el jueves una actividad para 500 o 1000 personas en el conurbano, en un escenario a definirse en los próximos días.
Hasta ese momento, Cristina intensificará su campaña de «microactos», con dos o tres apariciones más hasta la veda. Todas en el Gran Buenos Aires. El foco estará puesto en la tercera sección electoral. «Son distritos muy grandes en los que cualquier movimiento puede dar resultado en las urnas», explican en el comando kirchnerista.
El plan de focalizar la atención en esa sección tiene una justificación: interpretan que en esos distritos hay un buen porcentaje de indecisos. Es un voto en disputa con Sergio Massa y con Florencio Randazzo.
Una parte del pelotón de candidatos que recorren la provincia con un mensaje idéntico al de la ex presidenta visitará ciudades grandes del interior, como Mar del Plata, Tandil, Olavarría y Bahía Blanca. Allí, el kirchnerismo obtuvo malos resultados en el 2015 en comparación con su desempeño habitual. A diferencia de lo que se vio hasta ahora, los candidatos no sólo se mostrarán escuchando los problemas de la gente, sino que se permitirán tomar la palabra para clarificar el mensaje. La idea es que en los últimos días hay que transformar el vínculo construido con un sector del electorado para pedir el voto. Asegurar que la boleta de la ex presidenta sea la herramienta del voto castigo.
A eso apunta el spot que Cristina estrenó el viernes. Son 36 segundos con la voz en off de la ex presidenta. Tras hablar de aumentos de las tarifas y despidos, remata: «Si querés darle un mensaje al Gobierno, tenés la oportunidad de decir basta, que así no se puede seguir, porque para frenar el ajuste, tu voz es tu voto». El aviso es un símbolo de una campaña austera y profesionalizada, una novedad para el kirchnerismo. La ex presidenta insiste en esa pieza con un tono calmo, el mismo que sostuvo en toda la etapa electoral. Sólo hubo un leve desvío en los últimos días, en los que respondió de manera directa a Macri. Primero en Malvinas Argentinas, cuando disparó: «No queremos que le vaya mal, queremos que deje de hacer las cosas mal». Después, en un centro de jubilados, denunció que se viene un recorte en las jubilaciones. «Sin entrar en confrontaciones ni levantar la voz, hay tres o cuatro cosas que ella quiere decir», explicaron en su entorno.
Semana final
Actividades
Los candidatos de Unidad Ciudadana se enfocarán en las recorridas por la zona más populosa del conurbano, donde pueden pescar indecisos.
Estrategia
Confiados en los números de Cristina en territorio bonaerense, intentan no cometer ningún «error no forzado» que pueda quitarles el primer lugar.
Cierre de campaña
No habrá un acto multitudinario, al viejo estilo. A lo sumo, Cristina encabezará el jueves una actividad para 500 o 1000 personas en el conurbano.
Aciertos y errores
Una campaña profesionalizada en la que insistió en instalar la agenda económica, pero para evitar salirse del libreto evitó cualquier tipo de pregunta.