Cruces por la gestión de migrantes entre oficialismo y oposición

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Por decisión del ministerio del Interior, 109 migrantes, en su mayoría africanos, fueron trasladados este miércoles desde el Veneto hacia la Emilia Romaña, cerca de Bolonia, luego de una serie de protestas originadas por la muerte, el pasado domingo, de una ciudadana de Costa de Marfil en el centro de acogida de Cona.

El traslado fue comunicado por Interior como una decisión para «aligerar» el centro de recepción en el que se dieron las protestas y donde residían casi 1.400 migrantes en una localidad, Conetta, de 190 habitantes.

La decisión de la cartera que conduce Marco Minniti se da en medio de fuertes polémicas con la oposición que, especialmente tras el atentado de Navidad en Berlín llevado a cabo por un migrante tunecino, endureció sus posturas antimigratorias.

En ese marco, el antecesor de Minniti y actual canciller Angelino Alfano anunció este miércoles un endurecimiento de la postura frente a los ilegales.

«Nosotros nos movemos con rigor y humanidad: hemos salvado muchas vidas pero no podemos aceptar que ninguno viole las reglas. Por esto debemos acelerar las expulsiones y repatriaciones de los ilegales: estoy trabajando para concluir acuerdos que disminuyan los arribos impidiendo la partida» desde sus países de origen, en referencia a «Túnez, Níger y Libia», aseguró en declaraciones al diario La Stampa.

«Los centros de acogida deben cerrar y habrá deportaciones en masa cuando esté en el gobierno, con naves de la Marina Militar en el Mar que, después de salvar a todos, los devuelva a su país», prometió el líder de la xenófoba Liga Norte, Matteo Salvini tras la protesta que incluyó quemas de colchones y enfrentamientos con las autoridades locales.

En tanto que el gobernador del Veneto, Luca Zaia, agregó que los centros de acogida como Cona «deben cerrarse», al tiempo que pidió la «expulsión de los alborotadores y luego de todos los que no son refugiados».

Asimismo, desde la Liga Norte criticaron también la llegada de los migrantes a Emilia Romaña.

El Consejero Regional para esa región, Daniele Marchetti, consideró este miércoles que «es verdaderamente asombroso que en lugar de ser expulsados por la fuerza y retornados a sus países de origen, después de que se amotinaron en el centro en el que se alojaban, estos señores son simplemente trasladados y no en un lugar al azar, sino a la agradable y acogedora Emilia-Romaña, donde van a ser mimados, servidos y respetados».

En ese marco, en las últimas horas del año pasado una circular del jefe de la Policía Franco Gabrielli anunció una política de «tolerancia cero» para los inmigrantes ilegales y adelantó un plan para abrir a lo largo de 2017, aunque sin precisiones, un centro de identificación y expulsión en cada región de Italia para pasar de los 5 mil expulsados por año actuales a 10 mil.

Minitti buscará la aprobación de ese plan en el Parlamento y luego adelantó que acompañará a Alfano en las conversaciones con los países africanos para alcanzar acuerdos de repatriación de inmigrantes ilegales.

«Abrir un centro de identificación y expulsión en cada región, como propone el ministro Minniti, solo haría más lentas las expulsiones de los inmigrantes irregulares», criticó, por su parte, el líder del Movimiento Cinco Estrellas (M5E) Beppe Grillo desde su blog.

«Es necesario identificar a quien llega a Italia, descubrir a los falsos prófugos y expulsar rápidamente a los inmigrantes irregulares sin estacionarlos en centros inútiles gestionados por las mafias. Hay que acoger a quien tiene derecho de asilo e integrar seriamente a los inmigrantes regulares», pidió Grillo.

De acuerdo con lo que informó el Ministerio del Interior, en 2016 llegaron a sus costas 181.283 personas, un 17,8% más que en 2015 y un 7,1% más que en 2014.

Fuente: Telam

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