Más allá de la valoración que se puede realizar sobre cada uno de sus componentes, y de la racha de lesiones que asoló a Boca en varios tramos de la temporada, el plantel deGuillermo Barros Schelotto posee dos jugadores de renombre por puesto; en algunos sectores, incluso tres.
Y, para lograrlo, el club realizó inversiones fuertes en las dos ventanas de pases: antes del inicio de la Superliga capítulo 1, y en el receso de verano. La curiosidad, tal vez, es que las piezas más determinantes del campeón ya se encontraban en la plantilla y llegaron durante 2016.
Mercado de verano
Cuando todavía ardía el sol, planificando un 2018 con la recta final de la Superliga, la Supercopa Argentina y, sobre todo, la Copa Libertadores, Daniel Angelici y su Comisión Directiva salieron al mercado a reforzar al Xeneize. Con Darío Benedetto y Fernando Gago como bajas, la gestación y el poder de fuego fueron dos cuestiones a apuntalar.
Así, tras una negociación que llevó varios meses, Carlos Tevez regresó a la institución luego de un año en el fútbol de China. La cláusula de salida en el verano ascendía a seis millones de dólares. Sin embargo, desde La Ribera advirtieron que sólo lo abonaron el contrato al delantero, de 34 años.
En consecuencia, la incógnita es si desde Boca «ayudaron» económicamente al atacante a romper su vínculo con el Shanghai Shenhua o si el dinero salió del bolsillo de Carlitos.
Ramón Ábila, un deseo de Daniel Angelici, fue adquirido a Cruzeiro en 1.500.000 dólares por el 50% del pase (más la cesión de Alexis Messidoro). El primer semestre fue a préstamo a Huracán. La lesión del artillero propició su incorporación. Y Wanchope alternó con Walter Bou, marcando algunos goles importantes, como los dos ante Newell’s.
El arribo de Emanuel Reynoso implicó una ingeniería importante, dado que también estaba siendo tentado por Independiente. Varias operaciones pendientes entre Boca y Talleres destrabaron la negociación.
El Xeneize se hizo del 60% de la ficha del jugador: pagó 1,5 USD, resignó los 1,2 millones que debía cobrar por la transferencia de Sebastián Palacios a México, cedió el 50% del pase del defensor Juan Cruz Komar, y traspasó el mismo porcentaje de los derechos de Adrián Cubas y el juvenil Alejandro Maciel.
Entre lo que abonó y lo que resignó percibir, por Bebelo gastó 2,7 millones de dólares, más la cesión de los porcentajes de los juveniles.
Por último, completó los casilleros con hombres para competir en los laterales con Leonardo Jara y Frank Fabra. Así, se sumaron Julio Buffarini (600.000 USD por la mitad del pase, que pertenecía a San Pablo) y Emmanuel Mas (2.4 millones de dólares por su ficha, que estaba en manos del Trabzonspor de Turquía).
En total, entonces, Boca gastó USD 7.200.000 sin contar el capital cedido en juveniles ni el caso Tevez.
Comienzo de temporada
La defensa era (y lo es todavía) uno de los sectores más criticados en Boca, por lo que la dirigencia desembolsó 3 millones de dólares para adquirir a Paolo Goltz, a quien los Mellizos Barros Schelotto ya habían tenido en Lanús. Su pase pertenecía al América de México. Su rendimiento fue de más a menos, aunque también se vio perjudicado por las lesiones.
Cristian Espinoza llegó para reemplazar la partida de Ricardo Centurión. También con características de wing, el ex Huracán llegó a préstamo sin cargo desde Villarreal, por un año, con una opción de compra de 10 millones de euros. No tuvo tanta continuidad, tan cierto como que, cuando saltó al campo, no exhibió el vértigo que había deslumbrado en el Globo y en la Selección Sub 20.
Edwin Cardona se sumó a prestamo por 12 meses, con opción de compra de USD 16 millones. Alternó picos de buen nivel con actuaciones fallidas, como la que protagonizó en la Supercopa Argentina.
Nahitan Nández llegó como una apuesta y, tal vez, de esta camada, fue el que mejor rindió, con un perfil a la medida de Boca. El Xeneize le pagó a Peñarol USD 4 millones por el 60% del pase.
En conclusión, antes del inicio de la acción futbolística de la temporada, el campeón gastó siete millones de dólares. Sumados a los USD 7,2 millones de mitad de torneo, erogó 14,2 millones para terminar de darle forma al equipo que se consagró por segundo campeonato consecutivo, aunque, en realidad, la base ya se había conformado en 2016.
Las piezas clave
La mayoría de los hombres determinantes de esta campaña se sumaron en 2016. Darío Benedetto, por ejemplo, a pesar de dar el handicap de seis meses, es el goleador del conjunto, con nueve tantos. Boca invirtió cinco millones de dólares en su pase (estaba en América de México) y la cifra fue carne de críticas hace dos años. Con su nivel, claro, ahogó cualquier inquietud.
Los colombianos, Wilmar Barrios (USD 3 millones) y Frank Fabra (USD 2 millones por el 90% de la ficha) también se transformaron en piezas clave; uno en el equilibrio, el otro para abrir la cancha.
Ni hablar de Pablo Pérez, que juega de él y del ausente Gago y hasta se ganó la cinta de capitán. Su pase, en comparación de los números que se manejan en el mercado, resultó una ganga: el Xeneize le abonó un millón de euros al Málaga.
Y la estrella con posibilidades de ser Mundialista, el hombre por el que el Arsenal inglés está dispuesto a pagar 37 millones de dólares (lo que vale su cláusula de rescisión), en realidad, pasó a ser de Boca en 2014. Entonces, el club de La Ribera abonó módicos 14 millones de pesos a Talleres para hacerse de sus servicios de Cristian Pavón. Y lo cedió a Colón. Hoy es el as de espadas. Tal vez, el mayor acierto del club en los últimos mercados de pases.
Fuente: infobae