Cuatro comerciantes recibieron una golpiza al enfrentarse con 15 manteros senegaleses en Once

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La situación que viven los comerciantes y los vecinos de Once por la proliferación de la venta callejera ilegal es compleja. Así como hay muchos que se niegan a denunciar a los manteros por miedo a represalias hay otros que ya están cansados de tener bloqueados los accesos a sus locales o edificios, y la tensión en las calles se volvió cotidiana.

Pero este sábado, un episodio ocurrido en la puerta de una lencería -situada sobre Sarmiento y Pueyrredón- se desbordó más de la cuenta y terminó en una batalla campal entre senegaleses y los dueños de ese comercio.

Cansada de tener que lidiar con ellos para pedirles que por favor liberen la vereda para que los clientes puedan entrar a comprar su local, sumado a que en algunos de los puestos también venden los mismos productos que ella sin pagar los impuestos correspondientes, Isabel tuvo un intercambio subido de tono con uno de los senegaleses.

Al advertir los gritos, el marido de Isabel intervino para tratar de terminar con la discusión y todo fue para peor. “Vinieron 15 senegaleses a defender a sus compatriotas, empujaron al señor y lo golpearon en la cara. Sus dos hijos varones salieron a defenderlo y se armó una batalla campal porque ellos eran un montón”, contó a Infobae Gloria Llopiz, presidenta de la ONG Buenos Vecinos..

“Eran 4 contra 15. A Isabel la desmayaron de una trompada. Terminó con el ojo lastimado y la cara golpeada. Uno de los hijos resultó con el tabique quebrado y al otro hijo le tiraron un silla por la cabeza y está con traumatismo de cráneo. El marido tiene herido el pómulo y le rompieron los anteojos”, detalló la misma mujer, quien alertó sobre la proliferación de los manteros en el barrio desde octubre de 2020.

Las zonas más afectadas son las calles Bartolomé Mitre, entre Pueyrredón y Larrea; Presidente Perón, entre Pueyrredón y Larrea; Valentín Gómez, entre Pueyrredón y Paso; Castelli, de Rivadavia a Corrientes; Paso, de Rivadavia a Corrientes; en una parte de Larrea y Corrientes; y unas tres cuadras de Corrientes, del 2500 al 2300.

“En la Comisaría 3° nos dijeron que hay aproximadamente 7.000 manteros en Once y que la policía no puede hacer nada si no recibe la orden del Ministerio Público Fiscal. Lo único que hacen es mediar cuando hay algún altercado y evitar levantar actas. Acá hay connivencia porque los propios senegaleses me contaron que ellos pagan $500 por día para que los dejen trabajar. Esto es una mafia”, advirtió la presidenta de la ONG.

Tras las agresiones sufridas, la familia fue asistida por el SAME y luego trasladada al Hospital Ramos Mejía. En la causa intervino el personal de la Comisaría 3° y la Fiscalía en lo Penal, Contravencional y de Faltas 17 a cargo del doctor Federico Topea.

“La familia está indignada y va a pedir hablar con el juez. No puede ser que la policía haya declarado lesiones recíprocas cuando la pelea la empezaron los senegaleses y a los comerciantes no les quedó otra que defenderse”, se lamentó Gloria.

Fuentes policiales consultadas por Infobae precisaron que “la fiscalía dispuso notificar a dos comerciantes de nacionalidad peruana y a dos manteros, uno senegalés y otro argentino. Se inició causa por infracción al artículo 96 del Código Penal de la Nación por lesiones recíprocas”.

Si bien durante la pandemia la venta callejera ilegal había caído un 30,5%, el último relevamiento realizado por Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) arrojó que la situación se empezó a revertir en julio, cuando se detectó una suba del 4,8%.

Hoy, el barrio de Once concentra casi el 70% de los puestos ubicados en calles, avenidas y peatonales porteñas. El rubro más comercializado en la zona es indumentaria y calzado, que abarcó el 60,8%, seguido por alimentos y bebidas, con el 18,3% del total.

La ONG Buenos Vecinos nació en 2012, justo el año en que los manteros empezaron a organizarse mejor y pasaron de trabajar sobre las mantas a montar puestos con toldos y sombrillas y copar más espacio público. “Vimos que había una estructura mafiosa con varios recaudadores que tenían todo muy organizado y ahí arrancamos con las denuncias”, recordó Gloria, quien precisó que el 85% de los manteros son senegaleses y el resto peruanos.

“Una de las organizaciones que opera se llama Vendedores Ambulantes Independientes de Once (VAIO), que depende del depende del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y está liderada por la ciudadana peruana Luzmery Villanueva Dioses, quien tiene causas abiertas por extorsión y amenazas coactivas a los propios manteros ya que si no pagan no los dejan trabajar”, contó Gloria.

Aunque desde el gobierno porteño aseguran que realizan operativos diarios para poner freno a la venta ilegal, muchas veces en conjunto con personal de la Agencia Gubernamental de Control (AGC), la Dirección Nacional de Aduanas y Migraciones, “los manteros abandonan el lugar pero horas después o al otro día vuelven a trabajar”, se quejó Gloria.

Por último, la presidenta de la ONG Buenos Aires se preocupó por dejar en claro que la lucha de los vecinos y comerciantes de Once no es contra los senegaleses ni los peruanos sino contra las mafias que los reclutan. “Al fin y al cabo, los senegaleses son víctimas de trata de personas. Su situación es crítica porque ni siquiera tienen consulado en Argentina. Entran con su pasaporte y cuando se les vence la estadía no tienen forma de renovar un permiso de estadía por no tienen dónde recurrir; y entonces son captados por estas mafias”, dijo Gloria, quien exige simplemente que las autoridades “hagan cumplir la ley para todos”.

“El Ministerio Público Fiscal de la Ciudad archiva de manera automática toda denuncia que ingresen vecinos o comerciantes a su página. Los contribuyentes se preguntan adonde solicitar ayuda mientras acumulan una rabia que sólo puede traer más violencia”, concluyó la mujer.

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