Viajes al interior con avión privado por cientos de miles de pesos, una cena por 5 mil dólares en Nueva York y hasta una caja de alfajores «Chocoarroz»: una investigación llevada a cabo por la periodista Liliana Franco reveló el modo en que el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne gasta el presupuesto de su área, lo que volvió a ponerlo en el centro de las críticas.
De acuerdo con la investigación publicada por el matutino dominical Perfil, el economista -una de los cinco hombres que manejan la economía bajo la administración macrista- gastó varios cientos de miles de pesos en vuelos privados para reuniones de rutina que no revestían carácter de urgente, organizó con dinero público una recepción en su casa para la titular del FMI Christine Lagarde y cargó a la «caja chica» del ministerio los alfajores Chocoarroz que consume. Además, también se conoció que su jefe de Gabinete, Ariel Sigal, pagó con dineros públicos más de 5 mil dólares por una cena y 1400 dólares por un chofer durante una visita a Washington.
Los documentos exhibidos muestran que el 21 de junio del año pasado, Dujovne viajó a Posadas en un un avión privado contratado a la empresa Sapsa Líneas Aéreas por 172.725 pesos. El 10 de mayo, el ministro viajó a La Rioja para «participar de la reunión de funcionarios de la provincia» en un Lear Jet 45XR con capacidad para 8 pasajeros por el que pagó 10.490 dólares. Un vuelo a Mar del Plata tuvo un costo de 6.200 dólares. Un viaje a Salta tuvo «un costo aproximado de US$ 15 mil (quince mil dólares estadounidenses) o su equivalencia en pesos argentinos», según consta en el expediente 864210/2017.
Durante la visita al país de la directora del Fondo Monetario Internacional Christine Lagarde en marzo de este año, Dujovne decidió ofrecer una recepción en su honor en su domicilio particular. Sin embargo, el ministro utilizó fondos del ministerio para pagar el servicio de cátering a la empresa EAT Catering, que de acuerdo con el expediente EX -2018-10876985 –APN-DNEYN#MHA del 13 marzo, costó $31.100 para 10 personas; es decir, a razón de $3.110 por persona.
EAT Catering es la misma empresa proveyó de el cátering de la recepción que a mediados de 2017 se hizo en el microcine del Palacio de Hacienda en honor de Gabriela Ramos, representante de la OCDE, durante su visita al país.
Otros agasajados con dineros públicos fueron los miembros de la delegación que acompañó al ministro de Hacienda de Brasil el 20 de marzo, unas 17 personas que degustaron un servicio por 51.425 pesos brindado por la empresa Galindez Catering. Es decir, unos $3.025 por invitado.
También Ariel Sigal, jefe de Gabinete del Ministerio de Hacienda, echó mano a los fondos del Estado para pagar un «almuerzo de trabajo con funcionarios» con un costo al menos elevado. Durante la reunión del Fondo Monetario en abril de 2017, unos 27 funcionarios almorzaron en el restaurante Fiola Mare de Washington con un costo de 5.389 dólares, unos 200 dólares el cubierto.
En esa cena, se consumieron ocho botellas de vino Nobile di Montepulciano Avignonesi 2013, con un costo de 75 dólares por botella, además de cócteles y tragos. Sigal también contrató en ese viaje a un chofer que, por cinco días de trabajo, cobró 1.425 dólares. En octubre del mismo año, Sigal volvió a Washington otra vez para una reunión en el FMI, y volvió a organizar una «reunión de trabajo» en el restaurante Fiola Mare para 11 funcionarios por 2.419 dólares, es decir, unos 220 dólares por cubierto.
Otro pedido de Dujovne fue bastante menos oneroso pero que las recepciones que cargó a la cuenta del ministerio, pero sorprendió por lo inhabitual: mediante un memorándum, el 9 de marzo del año pasado la secretaría privada del ministro pidió al área de Ceremonial que «tengan a bien proveer stock necesario del ítem Chocoarroz para las diversas reuniones de trabajo del señor ministro que se llevan a cabo en este Palacio de Hacienda».
Fuentes del Ministerio de Hacienda aseguraron a Infobae que las contrataciones y los gastos se hicieron «bajo el estricto cumplimiento de la ley». Asímismo, explicaron que el ministro «tomó sólo dos vuelos privados en un año y medio», habiendo recorrido todo el país, e que la invitación a Lagarde a almorzar a su casa fue un gesto de hospitalidad y cortesía para la primera visita de un titular del FMI después de 15 años.