Sin embargo, poco pudo aguantar sus remordimientos y debió que reconocer, con lágrimas en los ojos, los errores que cometió. Luego decidió abandonar por medio de una carta donde alegaba haber recibido ayuda externa a la competencia.
Tras ello, remarcó: «Sé que nadie me ha visto, pero he hecho esto. No podía aceptar terminar el Dakar habiendo hecho trampas. No habría podido dormir con esto. La honestidad es mi prioridad y mi única motivación» según informa un matutino porteño.
Desde la organización, Josep Besoli, presidente del grupo de comisarios de autos, admitió que»fue algo alucinante. Llevo muchísimo tiempo en los raids y es la primera vez en 36 años que veo algo así. Y ninguno de los otros comisarios recordaba nada igual. Sería fantástico si pudiéramos invitarlo el año que viene. Debería ser un ejemplo para el resto de competidores», dijo.