Daniel Hadad, nuevo miembro del Instituto Internacional de Prensa

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El Instituto Internacional de Prensa es una red global de editores, ejecutivos de medios y periodistas dedicados a la promoción y salvaguardia de la libertad de prensa, la promoción de la libre circulación de noticias e información, y que trabaja en la mejora de las prácticas del periodismo.

La asamblea número 60 concluyó hoy y entre otros temas, los especialistas abordaron su preocupación por la impunidad, la difamación criminal y las leyes restrictivas de la libertad de prensa.

A través de siete resoluciones aprobadas por unanimidad, se condenaron las graves violaciones a la libertad de prensa, se solicitó la derogación de leyes de difamación penal en todo el mundo y se apuntó a eliminar todas aquellas herramientas que pudiesen llegar a ser utilizadas para eliminar informaciones legítimas en todo el mundo.

También expresó su «profunda preocupación» por el encarcelamiento de al menos 64 periodistas en Turquía, que enfrentan cargos penales sin especificar. Mientras que demandó al gobierno de México, el país más peligroso para los periodistas en lo que va de 2011, que ponga fin a la violencia.

El inicio del IPI

Su historia comenzó en octubre de 1950 cuando 34 editores de 15 países se reunieron en la Universidad de Columbia en Nueva York para formar una organización global dedicada a la promoción y protección de la libertad de prensa y la mejora de las prácticas del periodismo.

IPI se fundó bajo la creencia de que la prensa libre contribuye a la creación de un mundo mejor. Hoy en día, la organización ya tiene miembros en más de 120 países. Todos ellos son editores, ejecutivos de medios y periodistas líderes que trabajan para algunos de los medios de comunicación más respetados.

Por otra parte, en varios países miembros de la IPI han establecido comités nacionales. La reputación, el compromiso y la dedicación de los miembros son las principales razones del avance de la organización, creando una red invaluable de contactos entre ellos.

En muchos países los periodistas aún continúan siendo perseguidos simplemente por su forma de pensar o expresarse. Incluso hubo casos donde fueron encarcelados, torturados, amenazados e incluso asesinados.

Es habitual que muchos funcionarios públicos acudan a la amenaza y a otros mecanismos de presión contra la prensa para evitar que distintas informaciones reflejen una mala imagen. Apelan a la censura para esconderse y desconocen el derecho fundamental de la ciudadanía de estar plenamente informada sobre el desempeño de sus representantes.

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