A lo largo de sus más de tres décadas en la televisión, Susana Giménez se ha ido reinventando con sketches humorísticos en los que ella misma también participa. Históricamente ha estado acompañada por Emilio Disi y, en los últimos años, conformó un dúo inolvidable junto a Antonio Gasalla (en su papel de La Abuela). En el 2017 se sumó a su programa Lizy Taglianiy, ahora, llegó el turno de uno de los comediantes del momento:Roberto Moldavsky.
La flamante incorporación del ciclo de Telefe tuvo su debut el domingo pasado en el nuevo sketch humorístico: Emporio Pasteur, en referencia a un supuesto local de ropa de Once atendido por el personaje de Moldavsky. Se realiza todos los programas en vivo con las actuaciones de Susana Giménez y un invitado especial. El debut contó con la participación de Nicolás Vázquez.
El sketch comenzó con Moldavsky teniendo una conversación telefónica ficticia con Huberto Roviralta, ex pareja de Susana: «Vos escuchame a mí, Huberto. Te voy a hacer volver pero esta vez tenés que trabajar. Ya tiré todos los ceniceros, quedó uno de goma pero no te va a lastimar. Vas a trabajar en el depósito, te dejo que ahí viene (Susana)».
La diva hizo su ingreso acompañada por dos jóvenes musculosos que le cargaban sus valijas, llena de mercadería para el local: «Vengo cargada, no vengo más, me muero de cansancio. Ellos son mis guardaespaldas». A lo que Moldavsky le respondió, con humor: «Nunca un empleado bancario, nunca un docente…»
Luego hizo su aparición Nico Vázquez, en la piel de un cliente que llegó al local casi de casualidad: «Te digo la verdad, dudé en entrar porque vi salir a dos hombres que no sabía si este era un lugar para comprar ropa o había un show de strippers. Siempre compro ropa al lado y estaba cerrado, así que pregunté y me recomendaron este lugar».
Al actor le ofrecieron varias prendas y, al quedarse en ropa interior para probárselas, despertó el griterío de las mujeres que se encontraban en el estudio. «¡Son ravioles!», exclamó Susana. Y Moldavsky agregó: «Él tiene la tabla de planchar y yo tengo la tabla de lavar la ropa».
Ya sobre el final del sketch, Nico Vázquez se sinceró: «Me costó un poquito (desnudarse). Reconozco que hace un año y medio atrás (cuando actuaba en la obra El otro lado de la cama) lo hacía, pero ya soy un anciano».
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