“Alberto, muchas gracias por volver a darnos la alegría al pueblo y volver a darnos un poco de esperanza que es lo que nos hacía falta a todos los argentinos”, le dice a la cámara un joven militante que estuvo el jueves 17 en Santa Rosa. Así es el spot que compartió este sábado Alberto Fernández y en el que Cristina Kirchner habla de “amor”. En el video se ve al candidato a presidente sobre el escenario y se oye su voz por momentos en off: “Otra vez volvimos a estar unidos, otra vez juntamos fuerzas para decirle para siempre adiós a estos malos momentos que nos han hecho vivir. Les vamos a demostrar, con toda nuestra fuerza, lo que los argentinos deseamos: poner a la Argentina nuevamente de pie».
Los mensajes son las pistas que deja el equipo del Frente de Todos sobre la estrategia de su candidato a presidente aunque en su entorno sostienen que sólo él sabe cuál será el tono que finalmente tenga su exposición. A Fernández no le gusta hablar sobre el debate. Y si para el primero esquivó el tema y se mostró despreocupado, mucho más este fin de semana cuando se siente ganador del episodio anterior y de yapa jugará de local en la Facultad de Derecho, donde se recibió y da clases.
La estrategia funcionó la semana pasada: intentó hacer creer que no practicaba y sin embargo todo lo que dijo y lo que dijeron en paralelo y antes y después algunos voceros definidos previamente coincidió con el despliegue del lado B de la campaña en las redes sociales. Los que manejan las cuestiones técnicas de la comunicación, entre el Instituto Patria, México 337 y el massismo con el catalán Antoni Gutiérrez-Rubi como asesor, están convencidos de que los estados de ánimo y las percepciones se alimentan previamente a través de pantallas segmentadas. Este fin de semana la ola no fue más un “MacriMiente” sino un “LaCampañadeTodos”, en un juego inclusivo de palabras que usa el sello del frente para saltar la grieta.
En la noche del domingo 13 el equipo festejó con Fernández en el Paraninfo, en Santa Fe. Por el desempeño, por el tono planeado de firmeza y molestia hacia Mauricio Macri y por la sorpresa que representó la presencia de Daniel Scioli como espejo que se utilizó para incomodar al candidato de Juntos por el Cambio.
Fue una semana en la que el ex gobernador Scioli fue reivindicado varias veces. En la Universidad del Litoral por el candidato a presidente que lo señaló como “uno que no mintió y está sentado en primera fila” mientras señalaba a su adversario como “uno que mintió y quiere volver a ser presidente” en referencia al debate de 2015 antes del balotaje. El jueves en Santa Rosa, en el marco del Día de la Lealtad, Scioli otra vez se sintió reivindicado. “Hola, Daniel”, lo saludó Cristina Fernández destacándolo por sobre los demás presentes sobre el escenario. Sin embargo, no fue la calidez de la candidata a vicepresidenta, que tantas veces lo retó en público en épocas pasadas, sino la ovación de la militancia lo que le levantó la autoestima del ex motonauta.
A siete días del 27, el albertismo sabe que no se deben cometer errores. Y aunque descreen de los efectos del debate y de su influencia sobre el electorado, analizaron una encuesta de Federico González. El 51% valoró en forma positiva la realización del debate y el 48% respondió que sólo sirvió para afianzar su decisión previa del voto. Sin embargo un 5,6 % contestó que pasó de indeciso a definir su voto mientras que otro 5% dijo que lo cambió a partir de lo que se vio en el intercambio. Entonces el equipo del Frente de Todos apunta a sumar todo lo que pueda en el debate y en las recorridas que el candidato a presidente hará esta semana, en algunos casos con Sergio Massa y en distritos donde anticipan un empate técnico con Cambiemos, especialmente a nivel intendencia. En la agenda están Olavarría, Bahía Blanca y Mar del Plata, además de dos actos grandes en Malvinas Argentinas (el martes antes del River-Boca) y el miércoles en Resistencia, Chaco. Lo que no se difundió de esa encuesta, fueron los adjetivos valorativos con los que se pidió a los encuestados que calificaran a los seis candidatos.
En ese marco, el debate de este domingo es un paso más. A Fernández no le preocupa su propio desempeño. Se sentía seguro antes y más después del 13. Insistirá en marcar sus diferencias de visión con Mauricio Macri, sobre el proyecto de país más inclusivo que quiere y buscará deslegitimar todo lo que diga el presidente de la Nación durante sus 13 minutos con 45 minutos. Ayer mismo seguía diciendo que “Macri miente”. Pero probablemente en algunos tramos del debate apuntará más al futuro, a la necesidad de unir a todos los argentinos, como el jueves cuando destacó la unidad del peronismo. Y no está prevista la presencia de Scioli. Es un dato.
Segundo y último round
Como la semana pasada, el sábado arrancó la previa en las redes con flyers como éste
Bajo esa misma táctica, no le importan ni siquiera las críticas a su dedo índice.
Probablemente vuelva a usarlo, porque es su hábito y porque no querrá darle la razón a su principal adversario. “El índice señala, indica, yo señalo la mentira”, se reivindicó a sí mismo el candidato que habitualmente señala con su dedo. En su entorno celebraron el cuestionamiento al gesto que hizo tanto Macri como dirigentes de Juntos por el Cambio en las redes y en sucesivas entrevistas durante toda la semana. “No podían conectar con los temas, ni tenían cómo contestar a los planteos de Alberto”, se ríen relajados aunque sin subestimar al adversario.
En Santa Fe, en la cena de festejo en el hotel del gremio de ATE, coincidieron en prever que en el segundo encuentro Macri apuntará a los casos de corrupción que investiga la Justicia. Fernández no teme al tema sobre el que ya viene respondiendo desde que fue designado precandidato. Y no le tiembla la voz para defender a su compañera de fórmula.
Pero como hace una semana, a Fernández lo obsesiona una sola cosa: el tiempo. Puso toda su energía en practicar cómo transmitir lo que quería decir en los dos minutos, el minuto o los 30 segundos disponibles según el bloque del que se trate. Su preocupación y la del equipo que integran en comunicación Juan Courel y Juan Pablo Biondi y Santiago Cafiero a cargo de la coordinación de toda la campaña y todos los movimientos y estrategias, estuvo puesta en completar cada idea justo antes del timbre que marca la finalización del tiempo.
Confían en un mensaje subliminal que muestra disciplina, experiencia, capacidad de gestión, seriedad y respeto, entre una larga lista de atributos que buscan que el electorado perciba, además de la firmeza del candidato.
Excepto Seguridad, que no es un tema sobre el que se explaye habitualmente, el resto de los ejes para este domingo están entre los favoritos y habituales en los discursos de Fernández: Empleo, Producción e Infraestructura; Calidad Institucional y el Rol del Estado, y Desarrollo Social, Ambiente y Vivienda.
Pero Fernández, más allá de practicar los tiempos y de leer y memorizar datos, estuvo en su oficina de San Telmo donde se reunió con el subsecretario para América Latina y el Caribe de la Cancillería de México, Maximiliano Reyes Zúñiga, quien viajó para la reunión y para conversar sobre el futuro de la región y avanzar en un futuro viaje y visita de Fernández al presidente Andrés Manuel López Obrador, con quien se frustró hace un tiempo un encuentro. Después fue a Radio 10 a dar una entrevista y finalmente tuvo una reunión con Juan Pablo Biondi, su vocero.
Una semana atrás los equipos de comunicación focalizados en redes pedían viralizar cortes de la participación de Mauricio Macri en el debate del 2015. Cada fragmento seleccionado lo exponía y debía acompañarse con el hasthtag #MacriMiente. Pero ayer, último sábado habilitado para hacer campaña, se pidió viralizar memes, gifs, ilustraciones, videos y comentarios positivos. Esta vez el hashtag fue optimista e inclusivo, #LaCampañaDeTodos. Así inundaron las redes sociales de mensajes de esperanza, alegría, y en línea con la promesa del candidato de poner a la Argentina de pie.
Muchos incluso compartieron fotos de Alberto Fernández y Cristina Fernández caminando junto a la laguna Don Tomás, con el cielo celeste y el sol de fondo tiñendo de luz esa imagen. Mariano Recalde por ejemplo que escribió: “Empieza la recta final de una campaña histórica, que nos encontró a todos unidos y demostró que los argentinos queremos volver a caminar hacia adelante. Cada vez falta menos. Vamos a poner a la Argentina de pie”. Y Mariano Cascallares, intendente muy cercano a Fernández: “El domingo 27 iniciamos una nueva etapa de esperanza, de mucho trabajo y de inclusión”.
Todas las fotos enviadas para ser viralizadas o propuestas como ejemplo a imitar tienen mucha luz natural, sonrisas, iluminación sobre las caras en las imágenes de actos en interiores y miradas a los ojos entre los candidatos o con trabajadores. Y en casi todas hay contacto físico entre los actores: abrazos, caricias en la cara, manos estrechadas. Es el cierre del círculo que iniciaron al acordar la creación del Frente de Todos que incluyó en su marca un sol en reemplazo de la última «o». En ese círculo, Fernández se mostrará firme frente a Macri pero con un llamado a toda la sociedad. Aquella estrategia inicial y este fin de ciclo fue acordado entre políticos y especialistas en comunicación, aún cuando el candidato del Frente de Todos reniegue un poco de sus consejos.