Del gol fantasma del ’76 al codificado de hoy: la final de Boca y River, 42 años después

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Este miércoles Boca y River saldrán a la cancha para, por segunda vez en su historia, definir una final frente a su clásico rival. Está en juego la Supercopa a la que el Xeneize accedió por haberse coronado campeón del torneo de Primera División 2016-2017 y a la que el Millonario llega por haberse quedado con la Copa Argentina 2017.

Un choque de campeones que vuelven a encontrarse en una final después de 41 años. La última vez fue el 22 de diciembre de 1976 en la final que definió el campeón del Torneo Nacional. En aquella oportunidad Boca se impuso por 1 a 0 con gol de tiro libre de Rubén Suñé.

La historia de esta noche todavía está por escribirse. Sin embargo ya hay algo en la previa que emparenta a ambos encuentros definitorios: el carácter huidizo de los goles de la final.

Es que el gol de Suñé pasó a la historia no sólo por haberle dado el triunfo a Boca en una final frente a River, sino también por haberse convertido en un «gol fantasma».

El gol que Suñé ejecutó con picardía mientras Ubaldo Matildo «El Pato» Fillol acomodaba la barrera se convirtió en una leyenda porque se esfumó en el mismo instante en que la pelota tocó la red. No existe un solo registro fotográfico o fílmico de aquel gol. Sólo existe en la memoria de las miles de almas que colmaron las tribunas del estadio de Racing donde se disputó el partido y de sus propios protagonistas.

Un gol fantasma, huidizo, como lo serán esta noche para quienes no hayan podido correr con los gastos del codificado los tantos que se conviertan en este nueva final.

De aquel gol de Suñé se tejieron varias hipótesis acerca de su «desaparición». Desde aquella que indica que en tiempos de dictadura un censor hincha de River mandó a cortar y quemar la parte del gol del eterno rival hasta las que indican que la TV se perdió el gol por lo inesperado de la acción de Suñé, pasando por un incendio que habría destruido la cinta que lo captó.

Boca y River llegan al partido de esta noche con dos finales perdidas cada uno en la Supercopa. Boca cayó en 2012 frente a Arsenal de Sarandí y en 2015 ante San Lorenzo. River tampoco pudo festejar. Perdió en 2014 ante Huracán y en 2016 frente a Lanús.

Alguno de los dos romperá este miércoles el maleficio. Y todo lo definirá, una vez más y para muchos fanáticos, un gol huidizo, un gol fantasma.

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