Delirio adolescente en la cumbre del reggaetón

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Buenos Aires 10 de marzo 2018 Daddy Yankee en el estadio de GEBA foto Rolando Andrade Stracuzzi ley 11723

Si Daddy Yankee se decidiera algún día a sacar un compilado de grandes éxitos, podría hacer un álbum doble. O triple. Porque si hay algo que le sobra son los hits. Y el sábado, en GEBA, quedó bien claro: el show del puertorriqueño fue el plato fuerte de una jornada a puro reggaetón en la que unos 20 mil fanáticos (en su mayoría adolescentes) deliraron con sus temas, ya verdaderos clásicos de un género que no para de crecer.

La fiesta empezó a la tarde en Palermo, con mucho calor, en lo que fue una especie de cumbre de la música urbana latina. En el predio hubo food trucks, DJs y una decena de teloneros locales en ascenso. Los más aclamados fueron Cazzu y Khea, los autores del trap «Loca», el tema argentino del verano 2017.

El público estuvo compuesto en su mayoría por mujeres sub 23, que no pararon de bailar en ningún momento. Casi los únicos mayores de 30 que se acercaron a Gimnasia y Esgrima fueron esos padres a los que no les quedó otra que hacer de acompañantes. Eran muchos: alejados, siempre atentos, algunos se dejaron llevar por el ritmo pegadizo que salía del escenario y tiraron pasos ante la inevitable vergüenza de sus hijos.

El primer punto alto de la noche llegó a las 21.45. Todos esperaban a Ozuna, pero el que salió a “la tarima” fue Daddy Yankee. Con más de 20 años de experiencia en la música, el puertorriqueño se mueve como todo un profesional. Vestido de negro, con campera de cuero, joyas y lentes oscuros, “el máximo líder” se tomó 1 hora y 15 minutos para hacer un repaso de los grandes éxitos de su carrera.

“Lo que pasó, pasó”; “La despedida”; “Que tengo que hacer”; “Llamado de emergencia”, “Ella me levantó”; “Limbo” fueron algunos de los clásicos que tocó en su presentación. Los temas que más gritos generaron, igual, fueron los más nuevos: “Dura”, el actual número uno en la Argentina (según el ranking de Spotify), y “Despacito”, ya un himno latino de todos los tiempos.

Consciente de que su público es millennial casi en un 100%, Daddy pidió que sacaran los celulares y subieran fotos “a Instagram, a Snapchat, a todas las redes”. Todos le respondieron con el flash.

“No me vean como un artista, sino como un hermano de ustedes”, dijo en una de sus últimas interrupciones. A las 23, justo antes de despedirse con “Vuelve”, el tema que grabó con Bad Bunny, el otro artista de trap del momento, les pidió que todos se quedaran a escuchar a Ozuna. Aunque el cielo anticipaba una lluvia inminente, la gente no se movió.

Si se considera a Gasolina (2004) como la primera gran canción de reggaetón y a Daddy Yankee, su autor, como uno de los padres del género, «el negrito ojos claros» bien podría ser el heredero. Popularidad no le falta. Y el sábado hubo un dato que lo dejó en evidencia: no sólo cerró Ozuna la noche de GEBA, sino que su presentación fue unos minutos más larga que la de Daddy Yankee.

Los números tampoco mienten: el puertorriqueño, que está de visita en el país por tercera vez, consiguió en 2017 tener 12 canciones al mismo tiempo en el Billboard Hot Latin Songs (algo inédito), además de alcanzar el primer lugar en la lista global de artistas más reproducidos en YouTube por tres semanas consecutivas. Nada mal para un artista de 25 años con un solo disco de estudio.

A pesar de su corta carrera, Ozuna se las arregló para armar un set repleto de hits en el que combinó el ritmo movido del reggaetón con los beats oscuros del trap y letras románticas. A diferencia de DY, que sólo tuvo un grupo de baile, el autor de “Se preparó” subió al escenario a las 23.30 acompañado por una banda de músicos.

“Vamos a convertir esto en una discoteca”, avisó. Cuando promediaba el show, en lo que fue uno de los puntos más altos de la noche, Daddy Yankee volvió a salir para cantar a dúo “No quiere enamorarse” y “La rompecorazones”. Luego, sí, le cedió el protagonismo a su compatriota.

Ozuna se fue con una seguidilla que se sabían todos: “Criminal”, “Escápate conmigo” y “Si no te quiere”. La larga jornada terminó unos minutos antes de la 1 de la mañana, cuando empezaban a caer las primeras gotas y los fanáticos más chicos empezaban a ceder ante el sueño.

“El reggaetón es lo más importante que está pasando en la música. Es el futuro”, le dijo Ozuna a Clarín días atrás. A juzgar por su público, tiene razón.

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