Demi Moore, una de las figuras más destacadas de Hollywood, ha sabido mantenerse en el ojo público, no solo por su indiscutible talento actoral, sino por sus contribuciones sociales, como su lucha por la equidad de género en una industria que a menudo es implacable con las mujeres.
Moore ha tenido una carrera llena de altos y bajos, pero lo que realmente la distingue es su capacidad para reinventarse constantemente, manteniendo una actitud de autoconfianza.

Un ejemplo claro de esto es su papel en La sustancia (The Substance, 2025), dirigida por Coralie Fargeat, en la que interpreta a Elisabeth Sparkle, una mujer que, al no poder aceptar su envejecimiento, recurre a un tratamiento para rejuvenecer su cuerpo, pero a un gran costo.

Moore ha sido una pionera en la lucha por una remuneración más equitativa en la industria del cine. En la década de 1990, cuando el techo salarial para las mujeres aún estaba lejos del de sus colegas masculinos, Moore firmó un contrato de 12,5 millones de dólares para protagonizar Striptease en 1996, convirtiéndose en la actriz mejor pagada de Hollywood.
Además, ha jugado un papel fundamental en redefinir la percepción pública sobre el cuerpo femenino, especialmente cuando se trata de las mujeres mayores.
En La sustancia (The Substance), Moore interpreta a Elisabeth, una mujer que, al verse desbordada por las expectativas de belleza juvenil, recurre a un tratamiento experimental para rejuvenecer su cuerpo.
En una de las escenas más impactantes de la película, Elisabeth se ve frente al espejo, poniéndose constantemente más maquillaje con la esperanza de ocultar su envejecimiento, un acto de desesperación que termina con ella hiriéndose.
Moore reflexionó sobre esta escena, comentando: “Creo que hay algo muy interesante en redefinir cómo vemos a las mujeres en los 60, qué significa eso realmente y las limitaciones que la sociedad nos ha impuesto, pero aún más importante, las que nos hemos impuesto a nosotras mismas”.
A lo largo de su vida, Moore ha enfrentado innumerables obstáculos, desde una infancia marcada por el abuso hasta luchas públicas contra la adicción y la separación de sus hijas.
En su libro Inside Out (2019), relató con franqueza las dificultades que ha superado, y cómo esas experiencias la moldearon. Como ella misma expresó: “A pesar de todo lo que pasé, puedo ver que tengo una cierta fortaleza, motivación y determinación que, si no hubiera tenido una red de seguridad, me habrían dado el impulso para hacer de mi vida algo mejor”.

Hoy, a los 62 años, Moore sigue siendo una figura influyente, con The Substance renovando el interés en su trabajo y abriendo nuevas oportunidades.
Adrien Brody: un grande que sigue creciendo
Adrien Brody, conocido por su versatilidad y capacidad para interpretar personajes complejos, también fue incluido en la lista TIME100 de 2025. Su carrera, que se extiende por más de dos décadas, ha sido marcada por una constante superación de expectativas.
Su trabajo más reciente en The Brutalist ha sido aclamado por la crítica, con elogios por la profundidad y autenticidad de su interpretación.

En The Brutalist, Brody logra capturar una presencia tan vasta como íntima, evocando los grandes épicos del cine estadounidense como The Deer Hunter y The Godfather. Estas películas no solo se caracterizan por su amplitud, sino también por la complejidad interna de sus personajes.
Según el director Rian Johnson, quien ha trabajado con Brody durante casi 20 años, la habilidad del actor para hacer que un lienzo tan amplio se sienta auténtico y vital es algo raro de encontrar.
“Adrien siempre ha sido auténtico con quien es y de dónde viene, pero en estos casi 20 años que he tenido el privilegio de conocerlo y trabajar con él, nunca ha perdido su pasión por crecer como persona”, destacó Johnson.
Gisèle Pelicot: una heroína en la lucha contra la violencia sexual
Gisèle Pelicot fue mencionada como una de los Iconos de este 2025 por la revista Time y ha pasado de ser una mujer tranquila en Provenza a convertirse en un símbolo global en la lucha contra la violencia sexual. Su historia, que comenzó en la oscuridad y el sufrimiento, ahora ilumina las sombras más oscuras del abuso sexual.
En 2020, su marido Dominique Pelicot fue arrestado por filmar en secreto a mujeres mientras realizaban sus compras. Lo que siguió fue aún más devastador: años de abuso oculto, donde más de 70 hombres la violaron mientras ella estaba inconsciente, drogada por su esposo, sin que ella lo supiera.

A pesar de la magnitud de la atrocidad, Gisèle decidió renunciar a su derecho legal a la anonimidad y hacer pública su historia. Esta decisión la convirtió en un emblema de la resistencia contra la violencia sexual.
En el juicio de 2024, Gisèle asistió a cada una de las sesiones, exigiendo que las pruebas de su sufrimiento fueran mostradas públicamente. En este juicio, se convirtió en un símbolo de heroísmo, y miles de personas marcharon en su apoyo. “Pienso en todas las otras víctimas cuyas historias permanecen sin contar… Compartimos la misma lucha”, expresó Gisèle tras la condena de su esposo y 50 otros hombres involucrados en el abuso.

A pesar de los avances legales que podrían surgir de su caso, expertos en violencia sexual señalan que el verdadero cambio no se limita a las reformas judiciales. Anne Bouillon, abogada especializada en la representación de supervivientes, subraya que Gisèle no busca ser vista como una heroína, sino como un catalizador del cambio real.
“Ella no quiere medallas en su chaqueta. Ella quiere que las cosas cambien”, enfatizó Bouillon. Gisèle misma ha señalado que su lucha no es una cuestión de valentía, sino de “voluntad y determinación para cambiar la sociedad”.
Fuente Teleshow