El desafío de la reconstrucción comenzó en Santa Olga con la remoción de escombros, pero la desolación sigue siendo su imagen más fuerte, luego de que los incendios forestales que azotan a Chile dejara a la localidad arrasada y el fuego se llevara los proyectos de vida y la fuente laboral de sus 5.000 habitantes, quienes aún en estado shock evocan lo ocurrido como una larga pesadilla.
Autoridades, voluntarios y pobladores empezaron a remover los escombros, primer paso para levantar de nuevo al pueblo, pero todavía nadie habla de reconstrucción, ya que el recuerdo de lo sucedido es devastador, tanto sus habitantes como para quienes logran llegar a la zona.
Santa Olga está ubicada en la ruta L-30-M, a 15 kilómetros de la costera ciudad de Constitución (359 kilómetros al sur de Santiago), pero el paso de las llamas comienza a notarse 10 kilómetros antes de llegar, donde cerros completamente consumidos por el fuego son una suerte de introducción de “paso del infierno en la tierra”, como indica Nelba González en diálogo con Télam.
“Todo lo que se ve acá, donde ahora sólo hay cenizas, era mi casa. ¡Mi casa, señor! La que con tanto sacrificio y hace más de 30 años levantamos con mi esposo, la que tenía un vivero precioso, floreado, el cual me dedicaba a mantener, está reducido a esto», cuenta Nelba mientras levanta un puñado de cenizas que de inmediato deja caer.
La mujer que perdió todo entre las llamas, incluso la Iglesia del pueblo que se erigía al lado de su casa y desapareció tras los incendios, relata que «sólo tengo claro que el infierno no nos quiso recibir, así que el día que me muera no me queda más que irme directamente al cielo”.
Fuente: Telam