Una mujer -acusada de falso testimonio y encubrimiento- fue aprehendida, luego de quebrarse y confesar ante las autoridades, haber tenido hasta hace quince días el teléfono celular que pertenecía a Patricia González, la joven que fue asesinada, el pasado 1 de junio, en el barrio Mercantil de la ciudad de La Banda.
La causa, que tiene como único imputado a Juan Ramón Páez, ex pareja de la víctima, tuvo importantes avances en menos de una semana. Bajo un total hermetismo, ayer personal a cargo de la fiscal interviniente, junto con peritos de Criminalística de la Unidad Regional Dos, realizaron un minucioso rastrillaje por inmediaciones de ruta 1 y Canal, para dar con algunos de los elementos que falta encontrar. Allí, los expertos recorrieron de punta a punta un lugar baldío, cubierto por un monte impenetrable, en busca del chip perteneciente al aparato móvil de la víctima. A este lugar se llegó por la confesión de la mujer, ahora a disposición de la justicia.
Confesión
De dicha investigación se llegó hasta la casa de una mujer, que al ser consultada negó tener el aparato, y demostrar que sólo tenía un celular del cual tenía los papeles que indicaban que era de su propiedad.
En horas de la mañana de ayer, ésta se quebró ante los detectives que investigan el caso y confesó que tuvo en su poder el aparato y no era el que les había mostrado, del cual tenía la boleta de compra.
Ésta manifestó que le compró el aparato a un adolescente de 16 años. Según la mujer, de apellido Contreras, el menor le confesó que encontró el teléfono celular en una zona montuosa de ruta 1 y Canal, cuando había ingresado al lugar para cazar pajaritos.
La mujer usó el aparato durante algunos días y luego lo vendió a una tercera persona. Fuentes allegadas a la información revelaron que el aparato se encuentra en poder de una mujer, en la ciudad Capital. Al escuchar el relato de Contreras, la coordinadora de la Unidad Fiscal, Dra. Inés Presti, ordenó la aprehensión inmediata, acusada de encubrimiento y falso testimonio.
Fuente: el liberal
