Diego Díaz: «Elegí ser un Misionero de la Reconciliación»

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Este domingo 23 de abril, la comunidad católica de la parroquia Nuestra Señora de La Salette y la ciudad de La Banda -en particular- estarán de fiesta ya que el joven Diego Armando Díaz será ordenado sacerdote. La celebración, presidida por el obispo Vicente Bokalic, se desarrollará a las 10.30 horas en la iglesia antes mencionada.

Desde hace varias semanas los integrantes de la comunidad salettense se preparan con gran alegría para recibir a un importante número de personas de distintas partes de la Argentina y de países vecinos como Brasil y Bolivia, quienes estarán presentes para acompañar a Diego.

En la jornada del martes, el futuro presbítero, arribó a la Cuna de Poetas y Cantores y se instaló en la casa parroquial de La Salette ubicada en el corazón del barrio Quilmes. Allí comparte sus horas junto a los sacerdotes José Daniel Centeno y Roberto Buttler.

En medio de los preparativos, Diego Díaz se hizo un tiempo y recibió a LA BANDA DIARIO. En una extensa entrevista el religioso contó cuándo surgió su vocación sacerdotal y sus expectativas, entre otros temas.

LBD ¿Cómo estás viviendo estos días previos a tu ordenación sacerdotal?

Diego Díaz: Me siento bien, muy feliz. Soy el primer bandeño que será ordenado sacerdote dentro de la Congregación de los Misioneros de La Salette. Estoy feliz de poder compartir con toda la comunidad, donde básicamente nació mi vocación.

Este camino, que inicié hace once años, lo empecé en el seno de mi familia y de la comunidad donde fui madurando en la fe. En esta parroquia fui bautizado, hice mi primera comunión y fui confirmado. Es algo muy especial que me motiva. El llamado lo sentí aquí, y muchas personas me acompañaron cuando decidí ingresar al seminario.

LBD ¿En qué momento sentiste el llamado de Dios?

Hugo Díaz: Recuerdo que cuando me estaba preparando para tomar la Confirmación estaba el padre Roberto Buttler. Con él fue el primer contacto que sentí. Uno trata de explicar, pero es difícil. Me llamaba la atención la vida sacerdotal, los padres que vivían en La Banda. En ese momento hablé con el padre Roberto para contarle lo que estaba sintiendo y él me ayudó. Me decía pueden ser signos. Tuve varias charlas de seguimiento para que pudiera distinguir con claridad si era un llamado al sacerdocio o era sólo un deseo.

Él me animó a que finalizara mis estudios secundarios. Luego inicié la carrera de profesor en informática en la UNSE, y recién ingresé al seminario con 25 años. Posteriormente llegó a La Banda el padre Juan Francisco, y con él seguí cuatro años más hasta tomar la decisión.

LBD ¿Por qué los misioneros de La Salette?

Diego Díaz: Con el padre Juan Francisco, éramos cuatro jóvenes que teníamos la inquietud vocacional. Él nos decía que La Salette no era la única opción sino estaba el seminario diocesano, la vida contemplativa, incluso nos llevó hasta Tucumán, nos hizo conocer otras congregaciones para que podamos conocer.  La Salette tuvo mayor peso, porque es la comunidad que siempre conocí y fundamentalmente por la advocación de la virgen, siempre me sentí identificado por el mensaje de María de La Salette. Desde niño participaba de las representaciones de su aparición, el mensaje pesa, y dije quiero ser un misionero de La Salette, un misionero de la reconciliación que es el carisma de la congregación.

LBD ¿Has tenido momentos de dudas durante tu preparación?

Diego Díaz: Si hubo muchos momentos de dudas, de desafíos que se van presentando en todos los niveles desde los estudios que son bastantes; desde lo pastoral vamos teniendo diferentes desafíos, uno aprende a convivir y relacionarse con las personas con las que te toca trabajar. Los formadores nos van rotando a todos los seminaristas. En este último tiempo eso fue más estable y estuve acompañando a una comunidad determinada. Pero, hay muchos desafíos en lo personal porque uno va meditando esa opción de vida. También tiene su desafío así como el matrimonio tiene su momento de crisis, en la vida sacerdotal tenemos que convivir en comunidad, a veces también hay roces.

LBD ¿Qué te ayudó para superar esas dudas?

Diego Díaz: A nivel de la formación tenemos un guía espiritual con el que uno va hablando estos temas, esta ayuda ha sido fundamental tanto la oración como mi director espiritual. Uno le cuenta lo que va afrontando en todo el camino.

LBD ¿Cuál es tu prioridad?

Diego Díaz: He tenido la experiencia de estar en distintas comunidades que tienen diversos problemas, pero hace poco me di cuenta que siempre he trabajado mucho por los jóvenes sin buscarlo, pero en todas las comunidades me he preocupado por ellos. En Córdoba trabajamos en dos barrios, y nos toca vivir una dura realidad, ya que en esos lugares avanzó la droga. Me tocó acompañar a varios jóvenes con este problema. Mi idea es trabajar con los jóvenes que son el futuro de la iglesia. Debemos apoyar a los jóvenes, hacerlos conocer el Evangelio.

LBD ¿Cuáles son tus expectativas?

Diego Díaz: Mi expectativa es que mi sacerdocio sea un aporte desde la congregación, que sea un pastor con olor a oveja, un pastor que pueda reconciliar a muchas personas con un Dios que siempre perdona y ama. Atendiendo a las personas que se sientan excluidas por diferentes situaciones, eso siempre me preocupa. No debemos esperar que la gente venga, nosotros también deberíamos tomar la iniciativa de ir a buscarlos.

Finalmente Diego anticipó que tras su ordenación sacerdotal regresará a Córdoba para iniciar su trabajo en la parroquia Nuestra Señora de La Salette que se encuentra en la mencionada provincia.

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