La diputada nacional por el Frente de Izquierda, Myriam Bregman, calificó de «obsceno» el aumento y aseguró que ese incremento «choca contra la realidad de la mayoría de las familias trabajadoras».
Afirmó que el aumento del 47 por ciento «refuerza una política donde se va formando una casta política llena de privilegios que se aleja cada vez más de los problemas que tiene cualquier familia trabajadora».
Por su parte, Néstor Pitrola, del Partido Obrero, sostuvo que «el aumento de las dietas de los legisladores nacionales alcanza a un 63,6 por ciento, y no al 47 como se difundió», ya que el dirigente trotskista incluye en esa cifra los gastos de representación y pasajes.
El legislador del Frente de Izquierda señaló que «un diputado de Capital o Buenos Aires cobra los pasajes y no los usa, más los gastos de representación, más el 31 por ciento de la dieta, da esa cifra» y agregó que «los pasajes aéreos y terrestres suman 40.000 pesos».
Más cauto, el el diputado nacional del Frente Renovador José De Mendiguren aseguró hoy que se enteró por los diarios de los aumentos en las dietas de los diputados y anticipó que la bancada que lidera Sergio Massa «analizará los alcances de ese incremento para determinar de dónde surge».
Esa cifra de incremento «sorprende e indigna cuando uno ve el aumento del resto de los salarios», dijo y agregó: «Queremos ver si el aumento debería haber sido por etapas y si está bien».
A su vez, el titular del bloque FPV-PJ, Héctor Recalde, ironizó: «Supongo que los diputados que se quejaron lo habrán donado al Garrahan», en obvia referencia a Pitrola.
«Vamos a ver que hacemos, el aumento no puede ser superior al aumento del poder legislativo. Hay que analizar si corresponde o no corresponde», agregó.
Comparó los nuevos salarios con los de los ministros de la corte y los camaristas que «cobran entre 120 y 150 mil pesos por mes. Mi aspiración a nivel sueldo es nivelar para arriba», apuntó.
«Estoy convencido de que el aumento no es de la dieta, sería ilegal. Yo creo que tiene que ver con los viáticos, que no nos aumentan hace 3 años», agregó Recalde.
Por el PRO, el porteño Daniel Lipovetzky explicó que el aumento «está atado a las paritarias del gremio legislativo», que fue de poco más del 30 por ciento en 2016, y con el incremento de los pasajes que reciben los legisladores, que estaban atrasados desde hacía varios años.
Tras sostener que se trata de «una decisión administrativa interna» de ambas cámaras, al hacer referencia a la resolución firmada días atrás por Monzó y por la titular del Senado, Gabriela Michetti, aseguró que «el valor del trabajo tiene que ver con la remuneración que percibimos».
«Somos los representantes del pueblo; por lo que es correcto que el aumento esté atado a la paritaria de los empleados legislativos como ocurre en todas las legislaturas del país y en definitiva, más allá que estamos atados a esa paritaria, hay que decir además que los diputados no cobramos aguinaldo, como sí lo perciben otros poderes del Estado», agregó.
Su compañero de bloque, el diputado Juan Carlos Villalonga afirmó que «se hace una cuenta que es pirotecnia periodística» cuando se difunden porcentajes superiores al 47 por ciento en el aumento de las dietas de los legisladores y enfatizó que «no tiene que ver con la realidad».
Señaló también que «la dieta actualizada no va a pasar de los 80 mil pesos» tanto para diputados como para senadores y dijo que «esto está absolutamente en línea con las paritarias que negociaron todos los trabajadores del Poder Legislativo».
El ex titular de Greenpeace Argentina remarcó que «hubo un aumento del 13 por ciento en marzo y un 18 por ciento, si no recuerdo mal, en agosto» que redondea un aumento global del 31 por ciento.
«No estamos hablando del 50 ni del 70 que se publicó, lo que pasa es que se hace un cálculo falso que es incluir en esa dieta lo que cobran los diputados del interior, que es desarraigo, que es lo que tienen que gastar todas las semanas que son 3 o 4 días en Buenos Aires», indicó.
En consonancia con los diputados macristas, uno de los líderes del bloque Justicialista, Diego Bossio, calificó de «lógico» el enojo de los sectores que cuestionan el aumento de las dietas de los diputados y senadores previsto en el Presupuesto, pero se mostró «convencido» de que la tarea que hacen los legisladores «es ardua».
«Estamos convencidos de que la tarea que se hace es muy ardua. Los aumentos corresponden a actualizaciones de cosas que estaban rezagadas de muchos años anteriores pero lo importante es que se cumpla con los objetivos, y que haya razonabilidad y se cumpla con una tarea que es ardua», aseguró el ex titular de la Anses.
Fuente: Telam