En el teatro de guerra ucraniano se renueva la historia bíblica de David frente a Goliat. La supremacía económica, armamentísta, demográfica y militar de Rusia, por la que se preveía una entrada triunfal de conquista en Kiev para comienzos de 2022, derivó en una situación empantanada, de escasos logros militares para el régimen de Moscú, que llevó a Putin y a Zelenski a librar una guerra extensa en el tiempo gracias a la ayuda financiera y militar que recibe Ucrania de naciones integrantes de la OTAN.
En este caso, David pelea con mucho más que una honda frente a Goliat, y, en realidad, lo que sucede en el este de Europa es similar a los enfrentamientos ocurridos en el Tercer Mundo entre los Estados Unidos y la URSS durante la Guerra Fría. Ejemplos de la historia del siglo XX, pueden ser la guerra en Vietnam o de Afganistán, donde los dos imperios dirimían sus diferencias por interpósitas personas y ejércitos.
En este contexto, el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EE.UU. sesionó durante todo el mes de febrero y elaboró una serie de notificaciones por las cuales se propone la transferencia a Ucrania de 65 cazas F-16 A/B Fighting Falcon MLU provenientes de Dinamarca, Países Bajos y Noruega.
Aviones similares que recibirá la Argentina luego de la aprobación del gobierno demócrata de Joe Biden pero por un monto que requerirá financiación teniendo en cuenta la factura por USD 338.695.634 de dólares por 24 cazas F-16 Block 10.
El proceso de adquisición de estos aviones militares de segunda mano continuará en suelo dinamarqués cuando el ministro de Defensa, Luis Petri, se traslade a Copenhague hacia mediados de abril, para realizar la firma del contrato por los cazas fabricados por la compañía estadounidense Lockheed Martin.
Los F-16 se incorporarán a la Fuerza Aérea a partir de diciembre de 2024, y, los Estados Unidos estarán dispuestos a donar equipamiento para los cazas.
La negociación por el armamento no es un ítem menor para la administración de Milei, como quedó de manifiesto por varios brigadieres que habían solicitado que este punto fuera central en las negociaciones.
La carta de intención firmada con el gobierno de Dinamarca incluye misiles aire-aire AIM-9 Sidewinder, AIM-120 AMRAAM, bombas guiadas JDAM, entre otros.
Por otra parte, el arribo de los F-16 Fighting Falcon requerirá de inversiones públicas en infraestructura en las instalaciones de la VI Brigrada Aérea de Tandil. Grandes presupuestos que desafían el lema de Javier Milei, “no hay plata”.
Fuente: noticias argentinas