Diplomacia para la paz: el discurso pragmático del Rey Saudita en la ONU

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El discurso en la reunión anual que habilitó el 76° período de sesiones de Naciones Unidas del Rey Salman bin Abdulaziz al-Saud, mostró al monarca saudita de forma distinta a lo expuesto por el reino en ocasiones de concurrir a ese tipo de foros internacionales. Su expresión conciliadora esta vez fue ampliada abordando temas de estabilidad y progreso como elementos centrales. Sin embargo, por primera vez se le escuchó un marcado pragmatismo y firmeza que muestra las numerosas crisis regionales existentes.

Un aspecto central de lo expuesto por el monarca fue el énfasis del reino por un esfuerzo mancomunado en dirección a la recuperación de la economía global para la era post-pandemia basado en el trabajo y la cooperación con sus socios de la OPEP y como ya se había expresado en el marco de la última reunión del Grupo de los 20, cuyo objeto  es hacer frente a las consecuencias graves generadas por el virus covid-19. Así, Riad expresó en el más alto foro internacional anual que en materia de geopolítica económica puso a disposición de la comunidad internacional un programa que ayudaría a estabilizar de forma equilibrada los mercados mundiales del petróleo como forma de salvaguardar los intereses de países productores y de aquellos que son consumidores.

El rey Salman afirmó también el compromiso permanente del reino con los principios y resoluciones de legitimidad internacional, el respeto por la soberanía nacional de todos los estados y la no injerencia en los asuntos internos de los países regionales como política constante de Riad. Sin embargo, en materia de terrorismo, el monarca ha dejado claro que el reino no permitirá el avance de regímenes u organizaciones que confronten la posición saudita y enfatizó en la importancia de liberar la región de armas de destrucción masiva. Al mismo tiempo, ratificó el compromiso saudita de continuar sus esfuerzos para neutralizar la ideología extremista y sectaria basada en el odio y la exclusión que conforman las banderas de los grupos terroristas regionales.

En sus propias palabras, Salman ratificó la posición saudita de continuar su política de seguridad contra las prácticas de los grupos terroristas, milicias sectarias y cualquier gobierno que las estimule o apoye, indico firmemente el monarca; lo que configura un mensaje que Occidente debería receptar como positivo en materia de seguridad. También aseveró que no hay otra opción que la convivencia en paz para Oriente Medio, sea entre sus pueblos e incluso en materia de la resolución del conflicto palestino. En ese punto hizo especial referencia a una solución justa y duradera sobre la base de las resoluciones de legitimidad internacional y la Iniciativa de Paz Árabe como una forma de garantizar el derecho del pueblo palestino a establecer su estado independiente. Para que esto suceda, Salman dijo que el diálogo al interior de la política palestina debe extirpar sus grupos terroristas y las disputas internas, como también la violencia que esos grupos ejercen con sus vecinos, aunque no mencionó al Estado de Israel.

Siguiendo con el escenario de seguridad regional, el monarca consideró que la iniciativa de paz en Yemen, presentada por el reino el pasado mes de marzo, es la herramienta para poner fin al conflicto y terminar con el sufrimiento del pueblo yemení que ha sido invadido por una ideología extrema e incompatible con el modo de vida del Islám.

Sobre Yemen, Salman acusó a las milicias hutíes de atacar a diario objetivos civiles dentro del reino y constituir una amenaza para la navegación regional, el suministro internacional de energía y fundamentalmente del sufrimiento del pueblo yemení por su accionar terrorista. En ese sentido, hizo especial mención al derecho que le asiste al reino en materia de su legítima defensa de los ataques a los que está siendo sometido con misiles balísticos, drones y lanchas rápidas no tripuladas cargadas con explosivos que atacan a buques civiles. Ante este accionar terrorista, afirmó que Arabia Saudita rechaza categóricamente cualquier intento de interferir en sus asuntos internos como también en el derecho que le asiste de combatir al terrorismo en el marco de las estrategias que escoja para hacerlo.

Sobre la República Islámica de Irán, el monarca expresó que es un país vecino y que Arabia Saudita espera que las conversaciones pendientes de Washington con los iraníes sobre el acuerdo nuclear conduzcan a resultados tangibles para generar confianza y allanar el camino a que el pueblo iraní y el saudita establecen relaciones de cooperación basadas en el compromiso de las resoluciones internacionales. El rey sostuvo que Riad deja claro su total respeto a la soberanía y la no injerencia en los asuntos internos de Irán , al tiempo que exigió el cese del apoyo de Teherán a grupos terroristas y milicias sectarias que sólo han traído guerras, destrucción y sufrimiento a los pueblos de la región. También ratificó la importancia de que la comunidad internacional se mantenga firme frente a quienes apoyen, patrocinen, financien y alberguen grupos terroristas con el fin de difundir el caos y la violencia para extender la influencia de sus políticas y pidió la cooperación y fortaleza para acabar con ese flagelo.

Salman describió también la esencia del programa de la Visión 2030 que adoptó el reino para lograr prosperidad y generar un mejor futuro para que la economía saudita interactúe con todo el mundo. Hemos dado grandes pasos, dijo Salman; durante los últimos cinco años desde el lanzamiento del proyecto en apoyo a la industria local y al desarrollo de infraestructura, tecnologías de comunicación, energía e inversiones en varios sectores, además se ha apoderado a las mujeres y se mejoró la calidad de vida de todos los habitantes el reino. Esto último es concreto y se refleja en los esfuerzos de un acuerdo amplio entre los miembros del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCPG).

Sobre la geopolítica regional Salman dijo apoyar los esfuerzos en la busqueda de una solución pacífica al problema por el conflicto de agua que han exasperado las relaciones entre Egipto y Sudán, y también sobre soluciones pacíficas a las crísis en Libia y Siria, así como el apoyo a los esfuerzos por lograr la estabilidad en Afganistán y garantizar las aspiraciones y los derechos del pueblo afgano.

Fuera del marco de su exposición ante el auditorio de la ONU, la comitiva de prensa que acompaña al monarca hizo llegar un documento a los medios en cual el reino explicó cual es su posicion en en materia de relaciones entre Europa y el Consejo de Cooperación del Golfo donde Arabia Saudita aclaró que son muy antiguas, positivas y previas a la formación de la Unión Europea (UE). Lo cual es así,  ya que las relaciones se remontan a la primera reunión ministerial conjunta del Consejo Europeo y el CCPG del año 1985. A ello le siguieron negociaciones que logran la firma de un acuerdo de cooperación para fomentar lazos estrechos entre los dos bloques regionales y eventualmente negociar un tratado de libre comercio que se encuentra en etapa avanzada.

Sin embargo, a pesar de que la UE y el CCPG comparten un varios intereses comunes  en áreas como el comercio, la energía y la seguridad; ambos bloques deben ir hacia un nuevo camino que amplíe estos asuntos para ayudar al fortalecimiento de la cooperación multilateral en materias sensible como el terrorismo y la migración regional descontrolada. Algo irresuelto y que encarna un grave problema para Europa que, según un proyecto del reino está siendo trabajado a través de un plan en común para el periodo 2022-2027.

Fuente: Infobae

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