El ex presidente de Bolivia Evo Morales sufrió el primer revés con vistas a las elecciones en su país. Su partido -el Movimiento al Socialismo, MAS- parece fraccionarse dado que sectores sociales de El Alto, el bastión de la agrupación, y organizaciones campesinas de La Paz y Chuquisaca resolvieron no asistir a la reunión que convocó en Buenos Aires, donde se encuentra refugiado.
La presidente de la Cámara de Senadores de Bolivia, Eva Copa, representante de El Alto, afirmó que no asistirá al encuentro con el ex mandatario porque así lo decidieron sus bases. “Yo vengo de El Alto y El Alto ha definido no asistir porque van a definir sus candidaturas desde sus bases, desde sus organizaciones, analizando perfiles y llegando a consensos”, dijo en diálogo con el periódico boliviano Página Siete.
Los campesinos de Chuquisaca también descartaron su participación al argumentar que “las cosas se arreglan en casa”. El ex dirigente de la Federación Única de Trabajadores de Pueblos Originarios de Chuquisaca, Román Barrón, expresó: “Las cosas se arreglan en Bolivia y entre nosotros, no desde otro país”.
Por su parte, la Federación Departamental Única de Trabajadores Campesinos Túpak Katari decidió que el “Pacto de Unidad no participará de la reunión en Argentina, mientras no se defina orgánicamente el binomio en un ampliado nacional”.
Antes de estos pronunciamientos, según consigna el mismo diario, quien descartó su asistencia en la reunión en Buenos Aires fue la Federación de Maestros Rurales, los legisladores del “ala oprimida” del MAS, conformada por las diputadas Concepción Ortiz, de los Yungas de La Paz; y Clery Vargas, representante de El Alto.
Evo Morales ha escogido como sede a la ciudad de Buenos Aires para una cita en la que pretende reunir este domingo 29 de diciembre a unos 1.000 dirigentes del MAS, con el propósito de “evaluar y organizar un gran encuentro” en el que elegirán a sus candidatos y candidatas para las próximas elecciones generales.
Aunque inicialmente Morales había adelantado a una radio que la reunión se haría en una población fronteriza con Bolivia, a la que sería acompañado por miembros del Gobierno argentino y de la Central de Trabajadores, con fines de seguridad, horas después oficializó como sede a la capital argentina.