Gustavo Bernal quería que su esposa, de quien estaba separado, volviera con él. Se lo pidió, la hostigó, la amenazó, pero nada funcionó para dar con su cometido. En la madrugada del jueves tuvo un ataque de furia y provocó la explosión de una garrafa de gas en su casa de la localidad chaqueña de Basail. Murió él y también mató a su hijo de 3 años.
Su exmujer no solamente no quería retomar la relación sino que además lo había denunciado por amenazas. De acuerdo a su relato, el hombre había pasado a buscar a su hijo cerca de las cinco de la tarde y, estando con él, empezó a llamarla para advertirle que pensaba matarlo si ella no aceptaba volver con él.
El hombre se atrincheró en la casa con el menor y la mujer, del otro lado del teléfono, se comunicó con la Policía. Los agentes fueron al domicilio para evitar una tragedia que, finalmente, terminó siendo doble.
«Que nadie se acerque, que nadie se acerque», gritaba Bernal. El hombre advertía que en la puerta iba a explotar un tubo de gas. Unos segundos después abrió la válvula de la garrafa y desde afuera escucharon con impotencia la explosión.
El techo y las aberturas de la vivienda se desprendieron en el momento, indicó Diario Norte. En el interior, todo estaba destruído y en medio de esa desoladora escena encontraron también los cuerpos del padre y su hijo, calcinados.