Donald Trump se burló de un periodista de The New York Times por su discapacidad física

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trupEl magnate y precandidato republicano Donald Trump no logra contener sus comentarios discriminadores. Si primero fue contra los inmigrantes, esta vez, durante un acto de campaña, se burló de un periodista del diario The New York Times por su condición física.

El empresario movió sus brazos de una forma extraña, para satirizar a Serge Kovaleski, periodista reportero que tiene una condición crónica llamada artrogriposis, que limita el movimiento de sus brazos.

La reacción de Trump durante un acto en Carolina del Sur se debe a que Kovaleski escribió en 2001 que los musulmanes no celebraron los ataques del 11 de septiembre contra el Centro Mundial de Comercio de Nueva York, tal como indicaban algunos rumores. El periodista trabajaba entonces para el Washington Post e investigó los atentados terroristas. Sus investigaciones concluyeron que esos supuestos festejos nunca existieron.

Pero el precandidato del Partido Republicano insistió en que vio a «miles» de musulmanes celebrar en Nueva Jersey al tiempo en que caían las Torres Gemelas y mientras el país vivía la mayor conmoción de su historia.

Esta semana y a raíz de las investigaciones de hace 14 años, Kovaleski fue entrevistado por elWashington Post. «Ciertamente no recuerdo a nadie decir que miles o inclusive cientos de personas celebraban. Ése no fue el caso, según lo que recuerdo», aseguró.

Burlándolo, Trump exageró su voz y movió la mano intentando imitar al reportero. «Ahora el pobre hombre, tiene que ver a este hombre: ‘Oh, no recuerdo que dije. No recuerdo’. Y sigue: ‘No recuerdo. Quizá es lo que dije'», dijo Trump.

Trump conoce bien a Kovaleski, quien trabajó en el New York Daily News y cubrió las actividades del magnate.

La reacción del New York Times no se hizo esperar. «Encontramos indignante que él pueda ridiculizar la apariencia física de uno de nuestros reporteros», aseguró un vocero aCNNMoney.

Las declaraciones cada vez más incendiarias del aspirante republicano a la Casa Blanca están llevando a algunos conservadores a desmarcarse de su compañero de partido, a quien incluso ya no dudan en tildar de «fascista».

Trump dijo recientemente que apoyaría el fichaje sistemático de los musulmanes residentes en los Estados Unidos.

Su postura respecto a la comunidad musulmana ha evolucionado hacia tal grado de beligerancia que algunos dirigentes y militantes de su propio partido se han preguntado si Trump está realmente comprometido con los valores democráticos.

Expertos republicanos advierten que Trump podría causar un daño duradero a su partido, y que su nominación para las presidenciales de fines de 2016 debería ser evitada a toda costa, entre otras cosas, porque favorecería a la probable candidata demócrata, la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton.

Varios equipos de campaña de rivales del magnate inmobiliario en las primarias republicanas parecen haberse convencido de la necesidad de unirse para oponerse a la candidatura de Trump.

«Trump es un fascista, y éste no es un término que yo utilice a menudo. Sin embargo, él se ha ganado ese calificativo», señaló en Twitter Max Boot, un asesor de política exterior del aspirante presidencial republicano Marco Rubio.

«El registro forzoso de ciudadanos estadounidenses en función de su pertenencia religiosa es propio del fascismo», afirmó a su vez John Noonan, un asesor de seguridad nacional del ex gobernador del estado de Florida Jeb Bush.

En una columna del New York Times el martes, Noonan dijo que la semana pasada la campaña había sido «dominada por las mentiras racistas de Donald Trump».

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