Según Blinken, «el ejército ruso ha secuestrado literalmente el aprovisionamiento alimentario de millones de ucranianos y de millones de personas en el mundo».
El embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, refutó de plano las acusaciones de Occidente que, dijo, consisten en «echar la culpa a Rusia de todos los problemas del mundo».
La crisis alimentaria en el mundo existe dese hace tiempo y sus causas profundas obedecen a una «espiral inflacionista» alimentada por el aumento de los costes de los seguros, flujos logísticos difíciles y «especulaciones en los mercados occidentales», dijo el diplomático ruso
Los puertos ucranianos están bloqueados por Ucrania, por las minas diseminadas en el país a lo largo de la ribera del mar Negro y por la falta de voluntad de cooperación de Kiev con los armadores para liberar varias decenas de navíos extranjeros, agregó.
El diplomático ruso denunció una vez más la imposición de sanciones occidentales contra su país, asegurando que sus consecuencias agravan la inseguridad alimentaria.
«Las sanciones no bloquean los puertos del mar Negro, no inmovilizan los navíos llenos de alimentos ni destruyen las carreteras y las vías ferroviarias ucranianas», había dijo con anterioridad Antony Blinken.
«Las sanciones no impiden a Rusia exportar alimentos ni fertilizantes» ya que «excluyen deliberadamente los alimentos, los fertilizantes y las semillas procedentes de Rusia», aseguró el secretario de Estado, para quien la «decisión de convertir los alimentos en arma es de Moscú y solo de Moscú».
La víspera, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres había instado a Rusia a que liberara las exportaciones de cereales ucranianos y a Occidente a que permitiera la entrada de fertilizantes rusos en los mercados internacionales.
A diferencia del fuerte tono de la diplomacia de ambas potencias, también hoy hablaron por teléfono los jefes de Estado Mayor de Estados Unidos y Rusia, por primera vez desde el inicio de la invasión a Ucrania, y acordaron mantener abiertas las líneas de comunicación, anunció el Pentágono.
En esta comunicación los generales Mark Milley y Valeri Guerasimov «hablaron sobre varios temas preocupantes en materia de seguridad», precisó el portavoz del Estado Mayor Conjunto estadounidense, coronel Dave Butler, que indicó que ambos acordaron no divulgar el contenido de su conversación.
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