Ecuador elige presidente en un clima de máxima tensión

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El oficialista Lenín Moreno y el opositor Guillermo Lasso se enfrentan este domingo en las urnas para definir quién reemplazará desde mayo próximo al presidente Rafael Correa, en medio de un creciente clima de tensión que se teme pueda derivar en actos violentos dado que los dos candidatos han llamado a sus partidarios a acudir al Consejo Nacional Electoral (CNE) para cuidar los votos, una vez terminada la jornada de elecciones.

En este país andino se enfrentan dos tendencias, la populista del denominado «Socialismo del siglo XXI», defendida por Moreno, que afirma no querer que el país vuelva al pasado y se dejen de lado los logros alcanzados durante los 10 años del Gobierno de Correa, y la de Guillermo Lasso, representante de la derecha, que como nunca antes ha logrado el apoyo de varios grupos de izquierda, incluso izquierda radical, quienes tras 10 años de correísmo buscan un cambio que, sobre todo, garantice las libertades y derechos, que dicen fueron conculcados en la última década.

Casi 13 millones de ecuatorianos están habilitados para votar en este día, a partir de las 7 (GMT -5). El proceso eleccionario comenzó el jueves, cuando en 38 Centros de Rehabilitación Social las personas privadas de libertad, sin sentencia condenatoria ejecutoriada, sufragaron para elegir al binomio presidencial. El viernes se realizó el voto en casa para las personas con discapacidad física severa.

Cinco empresas están habilitadas para realizar encuestas de voto a boca de urna o exit poll, que deberán difundirse a partir de las 17, pero antes de hacer públicos sus resultados, hasta las 16, deberán entregarlos al CNE.

Estas empresas, según una resolución recientemente aprobada, deben presentar, obligatoriamente, información metodológica sobre el trabajo que realizaron, los resultados obtenidos con señalamiento de los límites mínimo y máximo (intervalo) del porcentaje de votación válida que alcanzaría cada una de las candidaturas participantes, de acuerdo al margen de error y nivel de confianza aplicados en la encuesta. En caso de que los intervalos de porcentajes de votación de las dos candidaturas se superpongan, se deberá especificar que existe un empate técnico.

El presidente del CNE, Juan Pablo Pozo, ha dicho que los resultados de los exit poll no serán censurados si cumplen con la reglamentación vigente. Pozo también ha garantizado transparencia en el proceso electoral, y respeto a los resultados, ante la serie de cuestionamientos que han surgido contra el proceso electoral desde antes de la primera vuelta.

La ONG Participación Ciudadana –apoyada por 2.000 voluntarios debidamente capacitados- realizará el conteo rápido y sus resultados se esperan a partir de las 20, hora local.

El Consejo Nacional Electoral prevé emitir el primer boletín con los resultados oficiales de la segunda vuelta electoral a esa hora, aunque su titular, Juan Pablo Pozo, ha dicho que en caso de que se registren resultados estrechos entre los dos candidatos se esperará a que se cuente hasta el último voto y se tramiten las actas inconsistentes y rezagadas.

En la primera vuelta electoral, realizada el 19 de febrero, el binomio Lenín Moreno- Jorge Glas obtuvo 39.36% de los votos válidos mientras que el de Guillermo Lasso-Andrés Páez alcanzó el 28.09%.

En Ecuador el voto es obligatorio para los ciudadanos mayores de dieciocho años así como para las personas mayores de dieciocho años privadas de la libertad y sin sentencia condenatoria ejecutoriada.

El voto es facultativo para las personas de entre 16 y 18 años de edad, mayores de 65 años, ecuatorianos que habitan en el exterior debidamente registrados, integrantes de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional en servicio activo, personas con discapacidad, personas analfabetas, extranjeros desde los dieciséis años de edad que hayan residido legalmente en el país al menos cinco años y estén inscritos en el Registro Electoral.

El llamado de los dos candidatos para cuidar el voto se da en medio de una profundización de la polarización, la campaña sucia y la violencia, que experimentó su clímax el pasado martes cuando Lasso, su mujer y su hijo fueron agredidos con palos, piedras, botellas y vuvuzelas al salir del Estadio Olímpico Atahualpa, a donde, en medio de la efervescencia de los últimos días de campaña electoral, acudieron a presenciar un partido de fútbol entre la selección ecuatoriana y la colombiana.

Muchos, entre ellos el propio Lasso, sostienen que la agresión fue una estrategia de intimidación diseñada por el propio gobierno de Correa, el cual lo ha negado.

«El acto de terror es una manera de amedrentar, de restar democracia y luego el cinismo con el que actúan: decir me solidarizo con las víctimas de agresión. Me lo mandaron a hacer ustedes, el Gobierno. Yo acusó a aquellas personas que con dineros públicos han comprado entradas y responsabilizo a Carlos Villacís, presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol como cómplice de estos actos vandálicos», dijo Lasso el jueves, luego de que el día anterior se conoció que una entidad gubernamental «compró un número considerable de entradas» para el partido de fútbol y esas localidades «coinciden con la zona donde estaban las personas que usaron las vuvuzelas», según reveló Andrés Venegas, gerente de Ecutickets, la empresa que vende los boletos para los partidos de la selección.

«Rechazamos toda forma de violencia, más aún si un candidato opositor estaba con su familia. Pero también rechazamos la hipocresía…», dijo Correa en su cuenta de twitter, al tiempo de criticar la doble moral pues «el 19 de febrero, el Vicepresidente Jorge Glas y su esposa fueron agredidos con palos, piedras, escupitajos y empujones cuando fueron a votar».

«Ojalá cese esta violencia. Quien siembra vientos, cosecha tempestades. Y ojalá nunca más, un politiquero trate de politizar un espectáculo deportivo, más aún, cuando juega la Selección Nacional. Rechazamos la violencia, pero también rechazamos todas estas inconsecuencias», añadió el Presidente.

El mismo día de la agresión a Lasso, el periodista Juan Esteban Guarderas, quien lidera una iniciativa para demandar al presidente Correa por bloquear a ciudadanos en Twitter, fue amenazado de muerte a través de un mensaje que llegó a la casa de su madre, junto a un ramo de flores. Esto ocurrió cinco días después de que planteara públicamente la iniciativa, según denunció la ONG Fundamedios. Y un conocido actor popular, Carlos Michelena, también fue agredido en un parque de la capital mientras realizaba una presentación.

La catedrática de la Universidad Andina Simón Bolívar, Saudia Levoyer, dice que lo que pasó el martes fue la muestra más clara de la violencia que se vive en el país.

«Hemos vivido una campaña de violencia y ese día se evidenció que hay provocación constante para un estallido social violento. Es muy difícil saber quiénes son los responsables de la violencia, todos se acusan los unos a los otros; para dar con ellos hay que analizar a quiénes conviene más que haya violencia», dice Levoyer. «Pero los culpables de la violencia somos la sociedad por permitirla y el gobierno por generar durante 10 años intolerancia política».

En cadena de televisión el jueves el gobierno de Correa difundió imágenes de la periodista colombiana Viviana Bello, quien el miércoles denunció que fue agredida junto a su camarógrafo en la presentación de un libro, en donde el candidato a Vicepresidente de Lasso, Andrés Páez, según dijo Bello, «ordenó que la expulsaran del lugar cuando intentaba hacer una pregunta acerca de la cobertura a la que había sido convocada». No fue posible ubicar a Páez para que comente la denuncia.

El jueves también fue detenido el mayor retirado del Ejército, José Obando, que según el Presidente Correa habría hecho señas obscenas a la caravana presidencial, aunque en la tarde un juez lo liberó.

Las autoridades han anunciado que este domingo reforzarán la seguridad en la Matriz del Consejo Nacional Electoral, en las juntas provinciales electorales, los centros de procesamiento de resultados y en los recintos de transmisión y publicación de actas.

Habrá un cordón policial exterior y los militares custodiarán el interior de todas las instalaciones. Se prevé que el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional también incrementen los operativos el día de las elecciones y hasta que se entreguen los resultados oficiales.

La descarnada campaña electoral terminó el jueves oficialmente, aunque continúa hasta hoy en redes sociales y en éstas es previsible una agudización de los ataques de lado y lado a partir de que se conozcan los primeros resultados.

A partir de este lunes, en cambio, el triunfador del balotaje seguramente comenzará a perder el sueño planificando cómo enfrentar la aguda crisis que afecta al país, caracterizada por un alto endeudamiento, tanto externo como interno, y otra serie de problemas, en un país altamente polarizado en el que muchos dicen que hoy es el día del «juicio final» y que parece que en las urnas se estuvieran enfrentando «el diablo con satanás», por lo que una reconciliación entre los partidarios de los dos bandos aún se ve lejana.

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