«No es tan dramático como el domingo pasado, pero todavía hay muchos estantes vacíos», señaló decepcionado Justin Toone, un cliente habitual de supermercados citado por la agencia de noticias AFP.
La pandemia continúa afectando las cadenas de suministro y muchos supermercados en Estados Unidos enfrentan escasez de productos.
«Durante varios días seguidos, no hubo frutas ni verduras en este Giant (el de Bethesda) pero tampoco en todos los supermercados del sector, Trader Joe’s o Safeway», contó Toone.
Algunos productos no se encuentran, lamentó otra cliente de 64 años que pidió permanecer en el anonimato.
«Hace un par de días, solo estaba buscando bicarbonato para hacer un pastel, imposible de encontrar. Ahora, lo mismo para las especias para hacer sopa. La semana pasada fue peor», dijo mientras lamentaba que en otras tiendas no encontró miel, huevos, leche ni carne, los productos que han desaparecido de los estantes.
En Washington y en los estados vecinos, Maryland y Virginia, la nieve agudizó este problema de desabastecimiento recurrente desde el inicio de la pandemia.
«No hay suficientes camioneros y como están sujetos a regulaciones estrictas en cuanto a horas de trabajo y descanso, dicen ‘vamos a parar’, bueno, pues paran y no nos abastecen», explicó un empleado del supermercado Giant de Bethesda.
«La variante Ómicron es tan contagiosa que tiene un impacto casi simultáneo en todo Estados Unidos», subrayó Patrick Penfield, de la universidad de Syracuse.
Una multitud de empleados a lo largo de la cadena de producción de alimentos están enfermos o en cuarentena, lo que interrumpe por completo la cadena de suministro.
«No podemos producir tantos alimentos como necesitamos. No hay suficientes personas para entregar los alimentos, e incluso cuando los alimentos se entregan en el supermercado, no hay nadie para descargarlos o colocarlos en los estantes», indicó Penfield.
El fenómeno está muy extendido en todo el país, pero es más significativo en las regiones que también se enfrentan al mal tiempo, como Washington.
La Federación Nacional de Comercio (NGA), que representa a los comerciantes independientes en el sector minorista de alimentos, también señaló que la escasez de mano de obra continúa «a nivel nacional, ejerciendo presión sobre las industrias esenciales, como los supermercados y la industria alimentaria en general».
En una encuesta reciente de sus 1.500 miembros, varios de ellos «informaron haber operado sus tiendas a menos del 50% de su capacidad laboral normal, por períodos breves, en el punto álgido de la ola» de contaminación.
Además, la federación advirtió a los consumidores que aún deben esperar «interrupciones esporádicas» como vino sucediendo durante un año y medio.
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