Hacer ejercicio ayuda al buen funcionamiento del cerebro y previene la demencia

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«Hay muchas maneras de prevenir el deterioro cognitivo normal -aquel esperable con la edad-, y también el patológico. Se suele hablar de cinco factores protectores del cerebro: el ejercicio físico, el entrenamiento cognitivo, una vida social activa, una dieta sana, así como el cuidado del estado de ánimo y evitar situaciones de estrés», dijo a Télam la neuropsicóloga Carolina Zeballos.

«En nuestro cerebro hay vasos sanguíneos y el ejercicio previene el daño cerebrovascular de la misma manera que beneficia nuestro sistema circulatorio, además de ser un factor de protección para una demencia futura, siempre y cuando sea un hábito rutinario que se realiza mínimo dos veces por semana», dijo por su parte Galeno Rojas, miembro de la Sociedad Argentina de Neurología.

Los profesionales recomiendan hacer entre 20 y 30 minutos diarios de una actividad aeróbica, como caminar o nadar, ya que el ejercicio libera sustancias que son buenas para las conexiones cerebrales, como la serotonina, y hormonas que generan estados de ánimo placenteros, como las endorfinas.

En cuanto a los estudios que aseguran que el ejercicio potencia el rendimiento del cerebro, Rojas consideró que son «controvertidos y de baja calidad metodológica», y la razón es muy simple: «no están patrocinados por empresas ya que son parte de tratamientos no farmacológicos».

Otro factor protector del cerebro son los ejercicios mentales. En esta categoría se pueden incluir todas las actividades que sean desafiantes para el cerebro, como aprender un idioma o hacer juegos relacionados con el lenguaje.

«Como todo órgano, si no se usa, se atrofia. Las funciones cognitivas deben ser estimuladas, en este sentido son buenos algunos juegos como el ajedrez, las damas o el sudoku, así como en el tratamiento de personas con fallas de memoria se incluyen juegos de memoria», comentó Zeballos, quien trabaja en el Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco).

En cuanto a la posibilidad de entrenar el cerebro, Rojas apuntó que meditar, leer y realizar actividades musicales como cantar, tocar instrumentos o bailar también disminuyen el riesgo de tener demencia.

«Aunque no hay grandes estudios que lo sustenten, en la práctica clínica se ve que las personas activas están mejor cognitivamente. El abordaje del deterioro cognitivo debe ser una política de Estado, para que haya un mayor impulso y estudios que analicen los tratamientos no farmacológicos», consideró.

Cuidar el estado de ánimo y evitar situaciones prolongadas de mucho estrés también protege el cerebro, así como la depresión afecta la capacidad de atención y la memoria, daños que son reversibles con la cura de la enfermedad.

«La ansiedad y el estrés son los responsables naturales de que nuestro organismo genere sustancias nocivas que dañan en áreas cerebrales como la memoria, la solución es balancear, hacer cosas que nos gustan», comentó Zeballos.

También llevar una vida social y cultural activa previene el deterioro cognitivo, ya que «el retraimiento o el aislamiento social no es bueno para nuestro cerebro», apuntó la neuróloga.

La comida también influye, ya que el déficit de nutrientes como las vitaminas B3, B6 y B12, el ácido fólico y el omega 3 causa pérdida de memoria, deterioro que se resuelve reponiéndolos.

Por último, Rojas recordó que tanto el cigarrillo como el consumo excesivo de alcohol son causa de demencia y son factores de alzheimer y enfermedades cerebovasculares.

Fuente: Telam

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