El ala peronista del PRO, que por estas horas transita una especie de reivindicación histórica, se sentará este viernes a la mesa de una conocida parrilla porteña para darle la bienvenida oficial a Miguel Ángel Pichetto como compañero de fórmula de Mauricio Macri, un anuncio que sacudió las entrañas del macrismo.
Rogelio Frigerio, Cristian Ritondo, Emilio Monzó, Diego Santilli, Federico Salvai, Joaquín de la Torre, Sebastián García de Luca, Bruno Screnci y Eduardo Amadeoagasajarán al senador que el martes aceptó integrar la fórmula presidencial de «Juntos por el cambio», tras varios semanas de especulaciones.
Pichetto, según su entorno, llegará acompañado por Jorge Franco, su mano derecha e histórico dirigente del PJ -lo acompañó el miércoles a la quinta de Olivos-. José Pampuro, que asesora al candidato a vicepresidente en la Cámara alta, también sería de la partida.
El almuerzo peronista fue ideado horas después del anuncio oficial del martes por el sector peronista del PRO que recibió el desembarco del senador con algarabía. Incluso, el presidente de la Cámara baja, que trabó una estrecha vinculación con el ex jefe del bloque del PJ en el Senado, podría rever ahora su decisión de alejarse del macrismo a fin de año, si es que Macri logra ser reelecto.
Hasta hace algunos meses, Monzó tenía un pie afuera: primero planeó reemplazar a Ramón Puerta en la embajada de Madrid, y después pensó en montar una consultora con Nicolás Massot. El futuro ahora es de mayor expectativa.
Su relación con la Casa Rosada, en especial con Marcos Peña, el influyente jefe de ministros, había vuelto a resentirse en la previa del viaje de verano que el diputado compartió con el Presidente por India y Vietnam.
Hubo tensas discusiones en Olivos que terminaron con la filtración, por parte del Gobierno, de la elección de Ritondo como cabeza de lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires. Un mensaje directo al riñón del titular de Diputados.
El tiempo y la crisis política que atravesó el Gobierno en estos meses habrían suturado algunas heridas. Peña y Monzó almorzaron la semana pasada en Casa Rosada. Siete días después, el jefe de Estado llamó a Pichetto y le ofreció acompañarlo en la fórmula. Postales de las semanas más peronistas de la era Macri.
Si bien desde el peronismo macrista son cautelosos, hay varios dirigentes que olfatean, aún por necesidad, la vuelta de un sector de la vieja guardia del PRO que flanqueó a Macri en los inicios de su carrera política.
Nicolás Caputo, el más íntimo de los amigos del Presidente y miembro fundador del PRO, y Carlos Grosso, veterano dirigente del PJ, ex intendente de la ciudad de Buenos Aires e inoxidable consejero presidencial, fueron, según fuentes oficiales, fundamentales en la llegada de Pichetto a las filas macristas.
Caputo, que tiene una fluida relación con muchos de los dirigentes que este viernes compartirán mesa con el senador -además de la vinculación con Horacio Rodríguez Larreta, que no es peronista pero trabaja como si lo fuera-, había perdido influencia desde el inicio de la gestión de Macri. Sus consejos se volvieron mucho más intermitentes que durante los ocho años de la administración porteña.
Grosso, por su parte, nunca dejó de aconsejar al Presidente, a algunos de sus ministros, a dirigentes nacionales, porteños y bonaerenses, y a jóvenes funcionarios. Como publicó ayer este medio, el ex intendente fue uno de los últimos que habló con Pichetto antes del llamado final de Macri.
El tiempo dirá si la apertura al peronismo extrapartidario es sólo una urgencia electoral o una aventura real de largo aliento.