Más de 21 kilos. 42 asados para una persona. Eso es lo que se perdió en términos de consumo de carne en 14 años, desde el pico de 2008, según Ciccra. En 2022 se llegó al piso desde que comenzaron a medirse estadísticas privadas. Es una consecuencia de aumentos en el asado y de pérdida de poder adquisitivo.
En lo que va del gobierno de Alberto Fernández, el asado subió un 235%. La nalga, un 219,2%; la carne picada, un 218,4%; la paleta, un 217,6% y el cuadril, 203,2%, según datos de Focus Market.
Según las últimas mediciones de Indec, en marzo el asado se conseguía por $971,19; la carne picada común, por $559,84; la paleta, por $898,84; el cuadril, por $1092,08 y la nalga, por $1184,11.
Sin embargo, en las carnicerías de la Ciudad de Buenos Aires se encuentran precios superiores a los $1000 para el asado. “Comer carne en Semana Santa ya no es un pecado, es un milagro”, escribió en un cartel un carnicero rionegrino que se viralizó esta semana, y con ironía resumió esta serie de datos.
En las últimas semanas, se volvió a hablar de aumentos de carne. En la última rueda antes de los feriados, los novillitos 306 kilos marcaron un récord de $382, mientras que un lote de hembras de 302 kilos cotizó en $379.
El Gobierno intentó atacar la suba con una renovación de Cortes Cuidados. Los valores de los siete cortes de carne a precios acordados para el consumo interno son tira de asado a $679; vacío a $815; matambre a $810; falda a $449; tapa de asado a $679; nalga a $859 y paleta a $699.
Estarán disponibles de lunes a viernes en cadenas de supermercados minoristas, mayoristas y carnicerías adheridas a UNICA y ABC. Sin embargo, no se encontrarán en la mayoría de las carnicerías, que es por donde pasan $8 de cada $10 de venta de carnes.
Las compras en las carnicerías se modificaron en los últimos años. No necesariamente por los hábitos de vegetarianismo y veganismo, sino por el poder adquisitivo. En diálogo con TN el mes pasado, Alberto Williams, presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías, destacó que los clientes hoy eligen “lo que más rinde”, como la carne picada común o las milanesas.
La cantidad que se compra en las carnicerías también decrece, como sucede en verdulerías y almacenes donde los clientes van a comprar “lo justo y necesario”. Crecen, por otro lado, carnes “alternativas”, como el pollo o el cerdo, aunque tampoco paran de aumentar. El primero, por caso, subió 15,1% solo en un mes, en marzo.
Fuente: tn