Dado que el Sumo Pontífice había sido atacado poco tiempo antes, en un intento de acabar con su vida, el habitáculo cuenta con cristales antibala, y el Papamóvil argentino sigue todas las normas de seguridad establecidas por la Santa Sede en aquel entonces. Además, la camioneta -completamente blanca-, lleva en sus dos puertas el escudo Vaticano y adelante, en ambos extremos del paragolpes, una bandera argentina y otra del Vaticano.
“Siempre soñamos con poner a disposición de Francisco el Papamóvil que había usado Juan Pablo II en 1982, o diseñar uno nuevo en función de las medidas de seguridad actuales del Vaticano”, explica Carman. “Para nosotros haber podido colaborar con esa visita histórica es un hito en nuestros 120 años de trayectoría institucional. Es un hecho que nos hace sentir parte de la historia argentina y de la alegría y fé de su pueblo creyente”.
“Hoy, en estos días de dolor y reflexión, pensamos que sería un momento adecuado para recordar los lazos que nos unieron con la Santa Sede, y decir como institución que siempre estuvimos y estaremos a disposición para recibir al Santo Padre en nuestra tierra. Lamentablemente no pudo ser con Francisco, pero tal vez en el futuro podamos recibir con los brazos abiertos a su sucesor”, expresó Carman.
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