Pero este año algunos de los que se dirigen a la granja des Lorettes, situada en La Clusaz, se van con las manos vacías: las vacas no reciben su habitual ración de hierba fresca, por lo que su leche es menos rica.
Máximo registro de temperatura en Europa
El mes de julio fue el más seco registrado en Francia desde 1961 y las olas de calor hicieron que las temperaturas cerca de esta localidad alpina superaran los 30 ºC varios días, algo inaudito en sus empinadas laderas.
«Perdemos un reblochon por día y por vaca, así que en una semana son 300 quesos menos», dice Bargetzy, mientras moldea la cuajada fresca en discos que se afinarán en una bodega hasta que se forme su distintiva corteza amarilla azafrán.
Producción de leche en Francia
Se necesitan cuatro litros de leche para elaborar cada queso, que pesa unos 450 gramos, dentro de las directrices establecidas por el Instituto Nacional de Origen y Calidad, guardián de las estrictas denominaciones de origen.
«Lo peor es que, cuando hay muchos turistas que quieren comprar, no tenemos suficiente para todos: se nos acaba y no podemos vender a toda la gente que viene a visitarnos», lamenta el joven productor.
Aunque aún es verano en Francia, decenas de ganaderos ya recurrieron a sus reservas de piensos de invierno, pero la producción lechera de la región descendió un 15% con respecto a 2021, según la asociación de productores AFTAlp.
«La situación es difícil. Ya hemos tenido sequías en el pasado, pero esto está ocurriendo en todas partes en Francia, Italia y el resto de Europa», asegura el presidente de la asociación, Jean-Luc Duclos.
Por su parte, lo que durante generaciones fue una agricultura de subsistencia se convirtió en una próspera industria en los Alpes, aunque la mayoría de negocios siguen siendo familiares que dependen de redes locales y nacionales para distribuir sus existencias.
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