El aurinegro volvió a gritar victoria, una situación que poco a poco se va haciendo más continua. Fue triunfo 89-70 sobre Olímpico, cimentado en un gran primer cuarto donde se impuso por 30-9 para rápidamente encaminar el resultado.
Ese inicio aplastante con una diferencia abultada, le permitió lograr réditos inmediatos. Llegó a sacar 23 puntos de ventaja y si bien en el tramo final hubo alguna incertidumbre a partir de una reacción visitante que lo dejó a una decena de puntos, logró recuperarse y tener un cierre sólido.
Estas actuaciones, colectivamente elevadas, permiten dejar atrás aquel arranque plagado de incertidumbre y vuelven a los de Müller un equipo.
Con varios puntos altos y no solamente en el goleo (el caso de Ruiz, que no aportó puntos pero fue un pilar defensivo) o el recuperado Saglietti (que salió por acumulación de faltas pero antes sumó 15 puntos), el aurinegro tuvo varios argumentos para volcar el trámite a su favor.
Del otro lado la visita se encontró con ese inicio alejado de lo ideal que buscó olvidar rápidamente pero no pudo conjugar ataques positivos y defensas efectivas. El tiempo y la distancia obtenida fueron los mejores aliados para el local que además tuvo el plus de sobreponerse a la reacción de Olímpico en la recta final, ajustar movimientos y volver a escaparse.
La nota negativa para los de Müller pasa por la lesión de Brussino, a quien deberá esperarse para las próximas horas, teniendo en cuenta que en un puñado de horas deberá nuevamente jugar en condición de local el segundo de sus tres partidos de la semana.
Fuente: sunchales hoy
