El desafío del peronismo en Santa Fe: sacarle ventaja al socialismo y evitar la fuga de votos después de las PASO

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El peronismo será el único espacio político que el próximo domingo, en las PASO que se llevarán a cabo en la provincia de Santa Fe, dirima su candidato a gobernador en una interna. La disputa será entre el senador nacional Omar Perotti y la ex vicegobernadoraMaría Eugenia Bielsa. Una disputa a la que se arribó después de intentar, en reiteradas oportunidades, sellar un acuerdo para evitarla. Sin embargo, ambos candidatos están dispuestos a cumplir con la máxima peronista que sostiene que «el gana conduce y el que pierde acompaña». Existe un acuerdo tácito.

Según la mayoría de las encuestas, Perotti corre con ventaja por sobre Bielsa y se impondría en los comicios. Los resultados de esos relevamientos son los mismos que tienen en el búnker del legislador, aunque no confían demasiado en los trabajos de consultoría. Los errores de los pronósticos en las últimas elecciones provinciales generaron desconfianza, motivo por el que prefieren que los números solo sean una guía que les permita moverse en el terreno electoral. Sin conclusiones drásticas.

En el entorno de Bielsa están animados con la posibilidad de protagonizar un batacazo. Las encuestas, la prensa y el círculo político los da como perdedores el fin de semana. La falta de estructura y la decisión de moverse en soledad que tomó la dirigente rosarina podrían servir como argumento para justificar la desventaja en la interna. Sin embargo, confían en que Bielsa es competitiva y que puede pelear mano a mano con Perotti. Incluso, que le puede ganar.

Cualquiera sea el vencedor, ambos están comprometidos a respaldarse el lunes por la mañana. En definitiva, replicar la decisión que tomó la ex jueza Alejandra Rodenas – actual compañera de fórmula de Perotti- en el 2017 cuando compitió con Agustín Rossi y, después de perder, decidió sacarse una foto junto a él, respaldar la campaña y acompañarlo en las recorridas.

Si bien en los dos frentes prometen respaldo mutuo, la duda sobre si se concretará permanece vigente y está anclada en las fallidas negociaciones que llevaron adelante Perotti y Bielsa para intentar un acuerdo. Acercamientos, en alguna oportunidad mediados por Rossi, para intentar cerrar la unidad. Acercamientos que alejaron.

Alrededor del senador santafecino descuentan que si ganan, Bielsa los acompañará. «No hay un motivo objetivo para esperar otra reacción de María Eugenia que no sea respaldar a Omar», reflexionaron. Y apuntaron a un ejemplo conocido pero que suele reiterarse en el peronismo cuando la disputa interna es en buenos términos: «La campaña fue limpia. No como la de Aníbal (Fernández) y (Julián) Domínguez. No hay motivos para pensar que puede sacar los pies del plato y no apoyar».

En la vereda de Bielsa la situación es similar. Consideran que las diferencias quedarán a un lado cuando se salde la competencia y ambos se unirán para llevar adelante el proyecto peronista en la provincia. En gran medida, los dos se necesitan después de las PASO. Por eso están dispuestos a acompañarse, evitar la fuga de votos del perdedor hacia Cambiemos o el socialismo, y consolidarse para enfrentar a Antonio Bonfatti, el candidato del oficialismo y el que, en la actualidad, tiene mayor intención de voto.

La estrategia del respaldo mutuo es simple y necesaria para ambos. En el socialismo dan por descontado que Perotti ganará la interna y que, después del 28 de abril, el trabajo estará posicionado en robarle a Bielsa la mayor cantidad de votantes. La hermana del ex canciller y del entrenador de fútbol representa a una porción de la ciudadanía más identificada con ideas de centro izquierda. Un sector que bien podría cautivar el socialismo en la recta final.

El oficialismo provincial considera que muchos de los votantes de Bielsa, ante la hipotética caída de su candidata, preferirían votar a la fórmula socialista antes que acompañar al peronismo tradicional  y ortodoxo que representa Perotti. Ante ese escenario, la unidad después de las PASO es clave para el futuro de la fórmula peronista. Porque si la ganadora es la ex vicegobernadora, también buscar los votantes de Perotti y lograr que no se dividan entre Cambiemos y el socialismo.

Si bien no hay enfrentamientos duros entre ambos candidatos, en los últimos días Bielsa decidió apuntar contra Perotti. Lo acusó de ser funcional al gobierno de Mauricio Macri y de respaldar leyes claves impulsadas por Cambiemos. El senador no le respondió. En el fondo, está seguro de la victoria. Su preocupación está enfocada en la diferencia que haya entre Bonfatti y él. Si el ex gobernador socialista logra sacarle una importante ventaja en las PASO, encontrar respaldo para pelearle mano a mano y achicar la diferencia será una tarea demasiado compleja.

Para la elección general -el 16 de junio- habrá tres candidatos a gobernadores: Antonio Bonfatti (Socialismo), José Corral (Cambiemos) y el que quede de la disputa entre Omar Perotti y María Eugenia Bielsa (Peronismo). Tanto en el socialismo como en el peronismo consideran que los comicios se definirán entre los candidatos de ambas fuerzas. Para los dos espacios el candidato respaldado por el Gobierno no tiene posibilidades de pelear por la gobernación.

Una semana atrás, en una entrevista con Infobae, Bielsa advirtió que el socialismo elige confrontar con el peronismo y, especialmente, con Perotti. En su espacio creen que Miguel Lifschitz, actual mandatario santafecino, hace campaña para que el senador sea el ganador. ¿El motivo? Según Bielsa el socialismo perdería frente a ella en la elección general. En cambio, resultaría ganador si compite ante Perotti. En definitiva, cree que el oficialismo provincial elige el rival y trabaja para instalarlo como el ganador de la interna peronista. Todo como parte de una estrategia electoral.

El fin de semana que viene Perotti estará atento a cuatro variantes: la diferencia que, entienden, le sacarán a Bielsa en la interna; el porcentaje de votos que logre Cambiemos y la posibilidad, a futuro, de que sus seguidores apuesten al voto útil y lo respalden en la elección general; la diferencia final que exista con Bonfatti, clave para determinar el camino a seguir en el segundo tramo de la campaña; y el resultado que logre en Rosario, la ciudad más poblada y en la que más adeptos le cuesta conseguir al ex intendente de Rafaela. Allí volverá a tener importancia la diferencia con el ex gobernador socialista. Si es poca, tendrá un argumento sólido para consolidar un buen resultado en la elección general.

Bielsa, en cambio, juega todas sus fichas a llegar de punto y dar el golpe en el atardecer del domingo. Sin estructura y sin el respaldo del kirchnerismo, que decidió acompañar a Perotti, la ex compañera de Jorge Obeid en la gobernación estará concentrada en transformar su elección en una sorpresa y en un triunfo revelador. «María Eugenia no está coacheada, apuesta a la austeridad en la campaña y tiene el valor de la palabra», destacan cerca de la rosarina.

En el peronismo, en todas sus vertientes dentro de la provincia, advierten que se enfrentan a una posibilidad única de volver a gobernar Santa Fe y lograr ganar distritos claves, como Rosario, a la que definen como «el último bastión del socialismo».

La hispótesis está entrelazada con un contexto en el que el socialismo lleva a cuesta el desgaste de 12 años de gestión y las grietas políticas generadas por la inseguridad y el narcotráfico; y la fórmula local de Cambiemos debe cargar con el peso de la crisis económica nacional y las deficiencias de la gestión del gobierno de Macri, que han generado una caída importante en la imagen presidencial. El desafío está claro. El peronismo santafecino ahora debe resolver como se moverá en el terreno electoral para poder volver a gobernar.

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