Después de que el expresidente dijo que no se opondría a la divulgación pública de la orden, emergieron nuevos detalles sobre lo que llevó al fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, a autorizar el registro sin precedentes de la casa de Donald Trump en Florida.
Si se hace pública, la orden no revelará todas las pruebas que el FBI presentó para la aprobación del juez federal Bruce Reinhart. Pero podría arrojar luces sobre las leyes penales que los fiscales creen que Trump puede haber violado, como los estatutos que prohíben la eliminación y retención no autorizada de materiales clasificados.
Este viernes, Trump negó un informe del periódico The Washington Post sobre que el registro del FBI en su casa de Mar-a-Lago fue por posibles materiales clasificados relacionados con armas nucleares, escribiendo en su cuenta de redes sociales que el «tema de las armas nucleares es un engaño«.
Si Trump retuvo registros relacionados con las armas nucleares, los expertos dicen que esos materiales podrían ser potencialmente clasificados como «alto secreto», el nivel más alto de clasificación, reservado para la información de seguridad nacional del país.
Funcionarios del gobierno expresaron su preocupación de que permitir que materiales altamente clasificados permanezcan en la casa de Trump podría dejar a Estados Unidos vulnerable a los intentos de los adversarios extranjeros por adquirirlos, así lo dijo al New York Times una persona familiarizada con el pensamiento del Departamento de Justicia.
A última hora de la noche del jueves, Trump dijo que no se opondría a la moción para mostrar la orden y el inventario. Escribió en su sitio de redes sociales, Truth Social, que estaba «alentando» su lanzamiento. «Liberen los documentos ahora!», publicó.
En una breve declaración de dos minutos a los periodistas en la sede del Departamento de Justicia, Garland aseguró que decidió romper su silencio y hacer una declaración pública porque Trump mismo había revelado la acción.
El fiscal general también citó las «circunstancias que rodean» el caso y el «interés público sustancial en este asunto». Pero Garland además usó la breve aparición para defender, al menos implícitamente, el manejo del caso por parte del Departamento de Justicia contra el torrente de críticas que le dirigieron Trump y sus aliados.
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