En un rotundo cambio de estrategia política el gobierno nacional decidió convocar a una ronda de diálogo a las organizaciones sociales más duras con la intención de desactivar un nuevo acampe por 72 horas frente al Ministerio de Desarrollo Social previsto para la semana que viene y despejar el clima de crispación social en medio de la campaña electoral.
En la Casa Rosada están convencidos de que la movilización piquetera -con acampe incluido- tiene una clara intención política pero consideran necesario desactivar el conflicto. De hecho, si la semana que viene se realiza otra marcha será la segunda protesta callejera de magnitud en menos de 10 días.
Por esta razón, desde el Ministerio de Desarrollo Social que lidera Carolina Stanley se propusieron entablar un diálogo con los líderes piqueteros del Polo Obrero y Libres del Sur, los dos movimientos que tienen mayor nivel de confrontación con la Casa Rosada y que no están alineados con el peronismo de Alberto Fernández.
La convocatoria estará a cargo del viceministro de Desarrollo Social Carlos Pedrini y será para el jueves o viernes, es decir, un día después de que el Senado haya sancionado la Ley de Emergencia Económica.
La decisión del Gobierno de llamar a los grupos piqueteros duros constituye un verdadero cambio de actitud si se tiene en cuenta que la semana pasada había denunciado como una «extorsión» el pedido de planes sociales a cambio de levantar el acampe.
«No habrá un nuevo ofrecimiento a lo que ya les venimos planteando que es dar una mayor cuota de alimentos en los comedores escolares y un incremento de los planes alimentarios», explicó a Infobae un allegado a la ministra Stanley. La idea que prevalece en la Casa Rosada es que con la nueva Ley de Emergencia Económica en mano y la ampliación de partidas sociales en un 50% se contará con mayores recursos para negociar.
En el Gobierno consideran necesario que haya un cambio de actitud de los movimientos sociales duros para desactivar la protesta social en medio de la campaña electoral.
En este sentido, en el Gobierno creen que dejar librado al azar este tipo de manifestaciones y no ponerles un freno puede llegar a ser contraproducente en relación a los electores de clase media que tiene un fuerte hartazgo por los piquetes.
Las organizaciones sociales que participaron del acampe de la semana pasada, encabezado por el Polo Obrero y Libres del Sur, anunciaron que la semana que viene realizarán un nuevo acampe de 72 horas. Consideran que la Ley de Emergencia Alimentaria es «insuficiente» para resolver los problemas del hambre y el desempleo. Sin embargo, todavía no fijaron una fecha para esta nueva protesta porque pretenden dejarle al Gobierno «un compás de espera» para que responda a sus reclamos.
La semana pasada Pedrini había rechazado de plano la presión de los grupos piqueteros y dijo que no se tolerará la extorsión.
La negociación entre ambas partes había sido confusa y con interrupciones. En principio, las organizaciones pidieron 250.000 planes sociales, toneladas de alimentos para los comedores escolares y un incremento geométrico de los salarios sociales. Luego bajaron sus exigencias a 25.000 planes.
Encuesta de la UCA
El rechazo de una parte importante de la sociedad a los piqueteros se ve reflejado en los sondeos de opinión. Una reciente encuesta del Observatorio de la Deuda Social de la UCA revela que solo del 30 al 32% apoya los cortes de calle y el resto, un 68-70% no está de acuerdo con esa metodología.
El sondeo de la UCA también sostiene que solo un 7,2% de la gente participa de las protestas callejeras y la gran mayoría de estos son jóvenes de sectores marginales o bajos de entre 18 y 34 años.
Ante este contexto de fuerte rechazo social a los piqueteros no es casual el discurso duro de una buena parte del gobierno contra los cortes y protestas callejeras.
El ministro de Justicia Germán Garavano expresó recientemente que las protestas de los piqueteros tenían «una clara intención política». Más duros fueron Patricia Bullrich y Miguel Ángel Pichetto. La ministra de Seguridad expresó: «¿Quién puede buscar trabajo cuando está todos los días cortando calles?» y denunció que los piqueteros»generan desestabilización». En tanto, el candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio dijo que los referentes de movimientos sociales»no laburan y son parte del endeudamiento de la Argentina».
Claramente está posición no es compartida por todo el gobierno y los sectores dialoguistas, entre los que se encuentra Stanley, creen que se debe dar una solución a los reclamos de los movimientos sociales más duros.
Cuando llegó Macri al poder el gobierno logró concesiones con los grupos piqueteros alineados al kirchnerismo como Barrios de Pie, la CCC, el Movimiento Evita e incluso la CTEP de Juan Grabois. Estos son los sectores que más planes sociales reciben en la actualidad.
Martín Di Natale/Infobae