Miguel Ángel Pichetto vuelve a colar en la agenda de campaña uno de los tópicos que más lo seduce y que lo confronta de manera directa con el kirchnerismo: la condena al régimen chavista de Nicolás Maduro.
El senador del PJ ya era un ferviente detractor del gobierno venezolano desde antes de aceptar el ofrecimiento de Mauricio Macri para convertirse en su compañero de fórmula.
En febrero, por caso, el ex jefe del bloque justicialista había presentado un proyecto de comunicación en el que instaba al Poder Ejecutivo a que arbitre «las medidas necesarias» para asegurar que «la Asamblea Nacional de Venezuela tome efectivo control en el órgano de administración» de la filial argentina de PDVSA, la empresa estatal petrolera de aquel país, en medio de la crisis humanitaria.
«La dictadura de Nicolás Maduro implica la ruptura del orden constitucional y el estado de derecho en Venezuela», resaltó Pichetto en el texto en el que pidió ratificar «a la Asamblea Nacional de Venezuela, encabezada por Juan Gerardo Guaidó Marquez, como único órgano democráticamente electo en dicho país y desconocer la legitimidad del mandato iniciado el 10 de enero por Maduro».
Desde que oficializó su pase a la coalición de gobierno, el senador abundó con mayor frecuencia en el tema. En una estructura, Juntos por el Cambio, que fustiga al chavismo con asiduidad como uno de sus principales ejes de campaña.
Pichetto, de hecho, le dedicó al tema parte de su discurso inaugural en el acto partidario de Parque Norte de hace diez días. Dijo que las explicaciones de Alberto Fernández, el precandidato a presidente del Frente de Todos, sobre Venezuela eran «tenues» y «vagas». «El candidato a presidente Fernández no se enteró que murieron 7.000 personas por el régimen», remarcó ante un auditorio colmado de dirigentes del PRO, la UCR y la CC que lo ovacionaron.
Ahora, el compañero de fórmula de Macri se metió de lleno en la política exterior del Gobierno, uno de los rubros que más entusiasma al jefe de Estado y al que más jugo le saca en campaña. Y que también suele exaltar Pichetto cada vez que puede: tras la celebración del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, ensalzó la «diplomacia presidencial».
A última hora de la tarde de este lunes, el candidato a vicepresidente recibió en su despacho al ex presidente del Parlamento venezolano Julio Borges, el representante de Guaidó -presidente encargado de Venezuela- ante el Grupo Lima que el mes pasado criticó en duros términos al gobierno de Maduro en la asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA), y a Elisa Trotta Gamus, reconocida como «representante del Presidente de la Asamblea Nacional y Presidente Encargado de Venezuela» por el Gobierno argentino.
Borges, que llegó al país para mantener reuniones con diversos dirigentes, está actualmente exiliado en Colombia, perseguido por el chavismo.
«Pichetto alertó que el régimen de represión e intervención de Venezuela está inficionado por la policía cubana que persigue opositores e infunde miedo en la población civil», divulgó la oficina de prensa del senador.
Pichetto ya había tenido un encuentro con Trotta antes de ser ungido como candidato a vice de Macri. Y en la gira por Nueva York de abril pasado, que fue clave para el convencimiento del Gobierno a la hora de elegirlo para acompañar al Presidente, se había encontrado con Borges y otros dirigentes cercanos a Guaidó.
En los últimos años, la cantidad de venezolanos que se radicó en la Argentina se quintuplicó: entre 2016 y 2018 superaron los 114 mil y desplazaron a los paraguayos del podio de extranjeros que se afincan en nuestro país.
Esos venezolanos no votan en la Argentina. Pero si podrían hacer campaña por el Gobierno, que desde la asunción de Macri mostró una apertura hacia esa migración que escapa del régimen de Maduro.
En las últimas horas, la administración nacional hizo un nuevo gesto que tiene impacto incluso a nivel regional: anunció la apertura de un canal de recepción de denuncias de esos migrantes sobre violaciones a los derechos humanos en aquel país, tras el informe publicado por la ONU sobre torturas y represión.
Antes de la reunión en su despacho del Senado, Pichetto se había reunido con Ramón Ayala, el sucesor de Gerónimo «Momo» Venegas en la UATRE, en la sede del gremio, uno de los pocos sindicatos que adhiere al oficialismo. Participaron además candidatos del Partido Fe, que lidera Ayala.
Este martes, en tanto, Pichetto aterrizará en Neuquén, una de las provincias que entusiasma al Gobierno de cara a las PASO del 11 de agosto. Omar Gutiérrez es uno de los gobernadores que tejió un buen vínculo con la Casa Rosada.
La última semana de campaña previa a las primarias, la agenda del senador estará ligada con exclusividad a la de Macri. Antes de eso, el rionegrino podría sorprender con más de una visita a gobernadores que, en teoría, jugarían para la fórmula Fernández-Fernández pero que, en la intimidad, se sienten mucho más cómodos con el macrismo.