El Gobierno volvió a postergar la suba de los impuestos a los combustibles líquidos para evitar que ese aumento se traslade a los precios de las naftas e impacte en la inflación.
Así, los incrementos en los montos del impuesto que resulten de las actualizaciones correspondientes al primer, segundo, tercer y cuarto trimestres de 2021, y al primer trimestre de 2022, surtirán efectos para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil a partir del 1° de septiembre de 2022, de acuerdo con el texto oficial.
Los montos deben actualizarse por trimestre calendario sobre la base de las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC), considerando las variaciones acumuladas de ese índice desde enero de 2018, inclusive.
Pero el Poder Ejecutivo aclaró que tratándose de impuestos al consumo, «y dado que la demanda de los combustibles líquidos es altamente inelástica, las variaciones en los impuestos se trasladan en forma prácticamente directa a los precios finales de los combustibles».
Por ese motivo, resaltó que la nueva postergación se aplicó «con el fin de asegurar una necesaria estabilización y una adecuada evolución de los precios» en el mercado de combustibles.
El último ajuste en los precios al surtidor se aplicó a principios de este mes y fue del 9%, de acuerdo con lo decidido por las petroleras que operan en el mercado local. En lo que va del año, los valores de los combustibles aumentaron tres veces, con una suba acumulada del 30%.
Analistas estiman que el atraso que tiene la actualización del impuesto a los combustibles y al dióxido de carbono es superior al 50%, porcentaje que, de aplicarse, impactaría directamente en los precio al surtidor.
Cadena 3