«El hambre se termina si nos disponemos a compartir», sostuvo el obispo Torrado Mosconi

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Este domingo, el obispo de la Diócesis de 9 de Julio (provincia de Buenos Aires), Ariel Torrado Mosconi visitó la comunidad católica de Cristo Rey. En la oportunidad presidió la Santa Misa en el marco de la IV Jornada Mundial por los Abuelos y de Adultos Mayores.

Tras las lecturas correspondientes a este domingo, monseñor reflexionó, «tengo una anécdota para compartir. Cuando repasaba el evangelio de la multiplicación de los panes, me venía a la mente una vez que estaba en un pequeño pueblo cerca de Pozo Hondo, Tachico, visité a una señora muy pobre en una casita muy humilde, no tenía nada».

«Estuvimos conversando, había perdido un hijo y yo le daba palabras de consuelo, rezamos juntos y cuando ya me iba; ella se puso ansiosa y comenzó a mirar y buscaba algo para regalarme. Agarró unos diarios y envolvió unos huevos quería que me llevara algo», expresó el prelado.

Seguidamente el ex obispo de la Diócesis de Santiago del Estero manifestó, «que hermosa es la enseñanza que nos dan los pobres, de compartir desde su pobreza. Y eso es lo que enseña Jesús en el evangelio. Había una multitud hambrienta y había que darles de comer, uno de sus discípulos quería solucionarlo con plata (algunos creen que se arregla todo con plata). Sin embargo Jesús fija la mirada en un niño que tenía cinco pancitos y dos pescados y allí les da la lección, la misma que me dio la abuela».

Monseñor Torrado Mosconi explicó, «el avangelio nos enseña que tenemos que aprender a compartir. El hambre se acaba si todos nos disponemos, aún desde nuestra pequeñez y de nuestra pobreza, a compartir. El pan no se guarda porque se pone duro, el pan es para compartir y sentir alegría al hacerlo. Jesús en el Padre Nuestro nos dice ‘danos hoy el pan de cada día’  no el pan para guardar, sino para compartir».

Más adelante, el pastor de la iglesia de 9 de Julio contó una enseñanza aprendida de sus propios abuelos, «el pan no se tira y si por algo hay que desecharlo había un gesto muy simple, darle un besito al pan. Eso nos enseña de que el pan es sagrado, nos viene de Dios, es un don de Dios y por lo tanto tenemos que respetarlo. Por ello Jesús ha querido quedarse en medio de nosotros bajo la aperiencia del pan».

«Él viene a nosotros en la humildad, en la sencillez de un pedacito de pan y nosotros debemos pedirle que nos de hambre de ese pan de Dios, ese pan que viene a llenar ese hambre que nada puede saciar y sólo él puede hacerlo», manifestó.

Por otra parte afirmó, «que hermoso es encontralo a Jesús, porque viene a saciar nuestro hambre, a llenar de consuelo nuestra vida y nos enseña precisamente que nuestra vida va a ser plena no cuando seamos amarretes o encerrados en nuestros propios intereses, sino  cuando aprendamos a compartir, abrir nuestras manos y nuestro corazón».

Finalmente monseñor Ariel Torrado Mosconi expresó, «que misión tenemos lo que ya somos mayores de trasmitir a nuestros chicos y a nuestros jóvenes estos valores del envangelio que son los que hacen linda y grande nuestras vidas».

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