El juego de los cuatro candidatos que quedaron afuera del ballottage

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elecciones-2015-2120860w620Sergio Massa y Margarita Stolbizer rechazaron apoyar a Daniel Scioli, sin terminar de pronunciar su voto en favor de Mauricio Macri. Nicolás del Caño presentó como igualmente reprobables a los dos contendientes del ballottage y pidió sufragar en blanco. El cuarto pasajero, Adolfo Rodríguez Saá, repartió más críticas que elogios hacia los candidatos de Cambiemos y el Frente para la Victoria (FPV) y terminó dando libertad de acción a sus electores.

En resumidas cuentas, así se mostraron frente al ballottage los cuatro candidatos presidenciales que no entraron en la segunda vuelta. Eso sí: salvo Del Caño, los otros tres ensayaron gestos y silencios, tanto para evitar quedar emparejados con quien hoy sea derrotado en las urnas como para guardar una prudente distancia de los errores que pueda cometer quien ocupe la Presidencia desde el 10 de diciembre.

Con 5,3 millones de votos el 25 de octubre (21,39%), quienes más inclinaron la balanza en contra de Scioli y, a la vez, más se esforzaron por no quedar pegados a Macri fueron Massa y sus principales socios de UNA: el gobernador de Cordoba, José Manuel de la Sota, el economista Roberto Lavagna y el ex candidato a vicepresidente, Gustavo Sáenz.

¿Cómo lo hicieron? Básicamente, expresaron públicamente que no votarían por Scioli, remarcaron que en el país había ganado «el cambio» pero, en el medio, se aseguraron de remarcar sus preocupaciones ante las posiciones de Cambiemos, sobre todo en materia económica.

«Yo no quiero que gane Scioli», dijo Massa dos días después de la primera vuelta. «No voy a votar por Scioli porque es votar por [Carlos] Zannini», señaló De la Sota. «Yo estoy en el campo del cambio», sostuvo Lavagna. «Scioli representa lo que yo no quiero», dijo Sáenz.

Esta semana, Massa ratificó esa postura en un comunicado compartido con Stolbizer y, el mismo día, avisó que no iba a votar en blanco. No le sobran opciones.

Algunos de su aliados sí se animaron a explicitar su voto por Macri. Por dar ejemplos, el senador neuquino Guillermo Pereyra, Gustavo Iaies, a quien Massa quería como ministro de Educación, y Graciela Camaño, la «madre política» del ex intendente de Tigre. Aunque ella aclaró que pensaba hacerlo «con la nariz tapada».

Varios se inclinaron por Scioli. El más explícito fue el entrerriano Adrián Fuertes. El más consistente, aunque siempre en privado, fue el diputado y sindicalista Héctor Daer. En la última semana, el Día del Militante, Felipe Solá e Ignacio de Mendiguren se sacaron una foto nada inocente con dirigentes sciolistas.

Pese a esa identidad peronista predominante, el grueso del frente UNA prefiere una victoria de Macri, porque les facilitaría el camino para reconstruirse, de cara a 2017, como una fuerza opositora dispuesta a sumar a otros peronistas que hoy permanecen en el FPV. Con el kirchnerismo, además, muchos tienen demasiadas cuentas pendientes.

Con 812.530 votos (3,23%), el Frente de Izquierda y los Trabajadores era el segundo «botín» más deseable por los candidatos que se enfrentarán hoy. Pero tanto Del Caño como los jefes de las fracciones del trotskismo fueron también los más contundentes -y coherentes con su propia historia- a la hora de rechazar a Macri y Scioli.

«Convocamos al voto en blanco frente a dos candidatos que van a aplicar una devaluación y tarifazos contra el pueblo», repitió una y otra vez Del Caño, que incluso pidió a la Justicia herramientas para poder fiscalizar hoy el voto en blanco.

Con 632.551 sufragios (2,51%) en la primera vuelta, Stolbizer asumió una postura similar a la de Massa, pero con menos idas y venidas. «No votaría por Scioli porque es claramente la continuidad de este gobierno», dijo poco después del 25 de octubre, pero tampoco terminó de apoyar a Macri.

Dos motivos la impulsaron en esa dirección: sus diferencias con Pro (menores que frente al kirchnerismo, pero existentes), y la intención de no chocar con sus socios en Progresistas, que mayoritariamente se expresaron en favor del voto en blanco. «Ni Macri ni Scioli», expresó el socialismo. «No voy a votar a ningún menemista», dijo Victoria Donda, de Libres del Sur, en coincidencia con Humberto Tumini.

Rodríguez Saá, que cosechó 412.577 votos en octubre (1,64%), parecía en la previa más cercano a Scioli, por una buena sintonía de años. Pero esta semana anunció que daba libertad de acción a sus votantes. Quizás haya pesado el hecho de que su hermano, Alberto, volverá a ser gobernador de San Luis el 10 de diciembre. Un buen motivo para no arriesgarse a quedar del lado equivocado.

Marcelo Veneranda/La Nación

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