Y amplió: «Todo lo que recibimos en la familia, todo lo que se mama en la familia, nos dura la vida entera. Ahí se cultiva el amor, ahí está la fuerza de la Nación».
Poli señaló que en este «día de fiesta para nosotros, tengo en mi corazón, en mi mente, tres ideas, tres cosas para decirles en este momento: espero que sean cortitas porque conozco el dolor de ustedes de la marcha y el camino».
En la primera de ellas recordó al papa Francisco que, ante cada multitud, «él nos recuerda que Dios y la Virgen nos aman profundamente, somos inmensamente amados por Dios».
En la misa el arzobispo de Buenos Aires indicó que «para mí la renovación de la peregrinación este año es una muestra de cuánto nos ama Dios. La maravillosa juventud y todos los que se han puesto al servicio de la peregrinación es una muestra más de la delicadeza de nuestro padre Dios, de la ternura de nuestra Madre».
La segunda idea fue su alusión a la familia, «nuestros principales valores», y, por último, pidió dar las «gracias materiales y espirituales (a la Virgen de Luján) para seguir caminando en esta vida».
La peregrinación comenzó ayer en e el santuario de San Cayetano de Liniers, donde fue despedida por monseñor Juan Carlos Ares, obispo auxiliar de Buenos Aires, vicario de la Zona Devoto.
De allí partió a Morón y a Paso del Rey y esta mañana llegó a Luján.
La Imagen peregrina de la Virgen de Luján es la misma que bendijo el papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud del año 2013 y es la que viene recorriendo toda la Argentina.
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