Entre gestos de buena sintonía y mucho optimismo por el reciente acuerdo sellado con la Unión Europea, el Mercosur demostró hoy en la cumbre de presidentes de Santa Fe que los países miembros marchan hacia una mayor consolidación como bloque comercial, aunque aún pesan algunas diferencias ideológicas insalvables como es la visión de la crisis de Venezuela.
Hubo coincidencias entre los presidentes del Mercosur para avanzar en negociaciones por acuerdos de libre comercio con otros bloques -EFTA, Canadá, Japón, Corea del Sur y Singapur-, mientras que quedó para una segunda etapa las conversaciones con la Casa Blanca. También en el documento final se anunciaron acuerdos para compartir información sobre migraciones, mecanismos para combatir la violencia de género y la eliminación del roaming en la región.
Además, los jefes de Estado y sus ministros de Economía evaluaron las ventajas que podría tener en un futuro la creación de una moneda común como el Peso Real. Asimismo, a través de distintos documentos, los presidentes lograron un compromiso sobre la promoción y protección de lenguas indígenas, y recordaron los 25 años del ataque terrorista a la AMIA.
Sin embargo, a los presidentes del Mercosur les costó mucho alcanzar un acuerdo final sobre la situación de Venezuela. Como adelantó Infobae, Uruguay se resistía a firmar una resolución condenatoria al régimen de Nicolás Maduro, y amenazaba con romper bloque regional.
Entonces, para evitar un quiebre del Mercosur como consecuencia de la crisis venezolana, los presidentes de Paraguay, Brasil y Argentina suscribieron un comunicado lavadodonde esgrimieron la «importancia de trabajar por la consolidación de una región políticamente estable, próspera e integrada, basada en ideales de democracia y la defensa de los derechos humanos».
Esta fue la forma diplomática que usaron para conformar a Uruguay y expresar su «preocupación por la grave crisis que atraviesa Venezuela, que afecta seriamente la situación humanitaria». Ni una sola palabra sobre Maduro, ni una sola línea sobre Juan Guaidó, el presidente interino de Venezuela.
En el comunicado sellado por los cuatro presidentes del Mercosur también se respaldó el duro informe publicado por Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que denunció más de 6.800 ejecuciones extrajudiciales en Venezuela durante los últimos 16 meses.
Así, los presidentes coincidieron en que «la comunidad internacional debe continuar contribuyendo, por todos los medios pacíficos a su alcance, a buscar un pronto retorno de la institucionalidad democrática» en Venezuela, incluyendo la celebración de elecciones.
Con todo, en pos de evitar un distanciamiento de Uruguay, no hubo una mención al «régimen de Maduro» o a la necesidad de que el Mercosur reconozca la presidencia de Guaidó en reemplazo de Maduro.
Es que el presidente uruguayo Vázquez se negaba a avalar una declaración de ese tenor e insitió en su defensa cerrada del régimen chavista. De prosperar esa tesitura, el Mercosur caminaba a un quiebre frontal que quedó salvado a medias por un comunicado más liviano y diplomático.
Debate en el plenario
Sin embargo, y al margen de la diplomacia protocolar, Mauricio Macri emitió un duro mensaje contra Maduro, durante la apertura de sesiones plenaria de jefes de Estado. El presidente argentino aceptó atemperar el documento paralelo sobre Venezuela, pero mantuvo su línea geopolítica cuando le tocó hablar ante el plenario del Mercosur.
«Mi solidaridad con el pueblo venezolano, que sufre una crisis humanitaria sin precedentes en la región; reconocemos a la Asamblea Nacional y al presidente encargado, Juan Guaidó, como la única autoridad legítima de Venezuela», dijo Macri frente a sus colegas del Mercosur.
En calidad de presidente pro témpore del Mercosur, Macri no sólo cuestionó al régimen populista de Venezuela, sino que a su vez destacó los logros obtenidos con el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea para «avanzar a una integración regional completa».
Macri señaló así que el acuerdo con la UE «debe ser una señal de que el Mercosur tiene que ser un bloque abierto y con reglas de juego claras para generar negocios». Y habló de ese paso como la clave para que el Mercosur «vaya por más». Es decir, la inmediata concreción de acuerdos con otros bloques como el EFTA, Canadá, Corea del Sur o Singapur.
Por su parte, Bolsonaro también destacó los logros del acuerdo de libre comercio con la Unión Europea que, a su entender, le darán «más fortaleza institucional al Mercosur» en el camino hacia lo que el presidente de Brasil aspira: convertir el bloque en una verdadera unión aduanera.
Pero otra vez, las ideologías se metieron en el medio del Mercosur. Bolsonaro apoyó el mensaje de Macri contra Venezuela y destacó: «No entendemos cómo un país tan rico como Venezuela llegó a donde está. Eso es fruto de la irresponsabilidad y el populismo», dijo el mandatario brasileño, que ahora ocupará la presidencia pro témpore del Mercosur.
A su turno, el presidente de Paraguay Abdo Benítez remarcó que el acuerdo con la UE «va a cambiar la historia para nuestros países y eso abre grandes oportunidades para nuestros pueblos». Y en un mensaje de adhesión a Brasil y Argentina, el presidente paraguayo recordó que «el Mercosur debe defender las libertades plenas y la democracia».
Tabaré Vázquez habló al final del plenario y no hizo ni una mención del caso de Venezuela. El presidente de Uruguay, en cambio, destacó los logros alcanzados con el acuerdo de la Unión Europea y remarcó que su administración está comprometida con la defensa de la integración regional.
Como miembro asociado del Mercosur, el presidente de Bolivia Evo Morales, que al igual que Uruguay tiene una coincidencia plena con la Venezuela de Maduro, no mencionó las críticas de Macri, Bolsonaro y Benítez.
Morales sólo se limitó a agradecer el recibimiento que tuvo de parte de los países del bloque y se mostró dispuesto a incorporarse ya como miembro pleno del Mercosur.
A su turno, Sebastián Piñera destacó que desde Chile está pujando por una integración real del Mercosur con la Alianza del Pacífico, que integra junto con Colombia, México y Perú. «Compartimos una visión del mundo global», dijo el presidente de Chile, quien esperaba que terminara la cumbre del Mercosur para compartir una actividad de campaña con su amigo Macri.